En octubre de 2022, Alta Gracia se unia ante la impunidad y la injusticia. «Por Retta», «Por Joaquín» y «Por Teo», siempre por Teo… Un grito desesperado por justicia, tres casos totalmente disímiles pero un mismo denominador común: homicidas libres.
La de Joaquín, una muerte absurda
La muerte de Joaquín González (19) fue, sin duda, una de las peores tragedias que tuvo Alta Gracia este 2022. El joven murió a mediados del mes de julio tras protagonizar una violenta pelea a la salida de un baile, en avenida del Libertador y el momento del enfrentamiento entre él y su rival- Joe Heredia- quedó captado en cámaras de la zona. La hipótesis inicial aludía a que Joaquin había sido golpeado con un elemento contundente (una piedra o ladrillo), lo que habría provocado su feroz caída al piso y, a posterior, derivado en una muerte cerebral. Sin embargo, los testimonios y diversas pruebas echarían por tierra esa conjetura y la autopsia terminaría de revelar que el joven había fallecido por «inhibición».
Para ese entonces, Joe, imputado en primera instancia de homicidio simple, estaba en la cárcel de Bouwer tras haber permanecido varios días en calidad de prófugo. Cuando su abogado defensor, Carlos Nayi, reafirmó que no había sido un golpe de Joe lo que había derivado en el deceso de la víctima, ordenó el cambio de carátula en su defendido – a homicidio preterintencional- y el joven de barrio Cámara recuperó su libertad. Esto, no cayó para nada bien en la familia González quienes hoy aguardan esperanzados que un juicio modifique la situación de Heredia ya que para ellos «fue un acto intencional».
El caso dividió las aguas en las redes y salieron a la luz las mas grandes miserias de aquellos «opinólogos anónimos» que lo único que hacían era profundizar la herida de las familias involucradas. «Justicia por Joaquín» por un lado, «Justicia por Joe», del otro. Increíblemente sucedía algo pocas veces visto en el ámbito judicial, una especie de River vs Boca en medio de una causa que había dado un giro impensado y cuya repercusión «mediática» no hacía mas que agudizar el dolor por la pérdida de una vida tan joven y con tantos proyectos.
Retta, un crimen con culpables pero sin responsables
En el mes de septiembre y tras tres largos años de espera, la causa por el homicidio del cuidacoches de barrios Sur, Juan José Retta, llegaría finalmente a juicio. Los elementos eran claros: un crimen, un cuerpo y un culpable que reconocería el hecho; a todo esto se sumaba la querella que pedía el agravante en la imputación, alegando saña y alevosía.
El cadaver de Retta fue hallado a inicios del año 2019, enterrado en el patio de José Vergara, «un amigo», en la zona de la Marianita. Por el avanzado estado de putrefacción, nunca antes había podido determinarse cómo había muerto y fue algo que se develó en el juicio: muerte por asfixia.
Sin embargo y cuando parecía tratarse de «un trámite judicial» y todo indicaba que la condena sería la de prisión perpetua, la Justicia absolvió a Vergara y le otorgó su libertad inmediata, por considerarlo inimputable. «Presenta una capacidad mental disminuida», argumentaron los peritos y se ordenó un tratamiento psiquiátrico «ambulatorio». Para la familia, sin duda, una burla.
Teo: el claro ejemplo de la injusticia
Y si hay alguien a quien Alta Gracia y todo Santa María no olvidan es al pequeño Teo Rodríguez. A poco de cumplirse cinco años de su muerte la misma sigue impune y sin señales de una pronta resolución.
Teo tenía apenas un años de edad y murió en enero de 2018 tras ahogarse en la pileta de una guardería, en Anisacate. «RecreArte», así se llamaba el lugar que se suponía era asistencial y donde las encargadas dejaron al niño solo – como a otros tantos- dentro de una pileta de lona para «atender» vaya a saber qué cosa.
María Ines Conde y Mariel Sabich están imputadas por homicidio culposo desde el momento del hecho. Sin embargo, es un título que poco les afecta en la diaria ya que las mujeres nunca estuvieron detenidas y apelaron cada instancia que las acercaba a la posibilidad de un juicio oral. En el mes de octubre y en la misma marcha que se realizó en Alta Gracia, Mayra Ramírez, mamá de la víctima, manifestaba su decepción al respecto.
«La causa está en el Tribunal Superior de Justicia totalmente estancada y vemos como pasan los años sin hacer nada. Las imputadas siguen una vida normal y jamás estuvieron detenidas; de ellas trabaja como maestra en Buenos Aires y la otra en Villas Ciudad de América», aseguró.