En el mes de julio salieron a la luz graves denuncias de presunto abuso sexual contra un cineasta francés radicado en Alta Gracia: Ivan Noel, quien además tenía una escuela de cine para niños en esta ciudad. Dichas denuncias estaban siendo investigadas en Jesus María, lugar donde vivían las víctimas, adolescentes de 15 años con quienes Noel había trabajado en un rodaje en 2019.
A los dos días de difundida la noticia, Noel decidió quitarse la vida en inmediaciones del Country La Hornilla. Ahora, una publicación de la revista francesa Society, encarada por los periodistas Emmanuelle Andreani, Léo Ruiz y Guillaume Vénétitay, terminó de develar aspectos de la vida del hombre de 52 años que vivió en Francia, Inglaterra, India, España y en Argentina desde 2010 y hasta su muerte. Bajo el título Iván Noel, itinéraire d’un pédocriminel, los colegas franceses lograron armar el collage y desentramar los abusos que el cineasta fue cometiendo en diversos países.
“Una trayectoria internacional que ocultaba una realidad mucho más sórdida: la huida de un pederasta multirreincidente, condenado en 1993 en Francia, buscado por varios países, condenado de nuevo en Francia en 2019, y que nunca dejó de evadir a la Justicia”, detalla el artículo.
El hilo conductor del relato lo lleva Alexandre Melin, su primera víctima, un hombre que hoy tiene 43 años, pero que fue abusado sexualmente por Noel cuando tenía 11 años, sometimiento que iba a prolongar durante al menos tres años más.
A Melin le llevó muchísimos años procesar su verdad como víctima de abuso y llevar su caso a la Justicia, que le dio la razón en 2019 cuando encontró culpable a Noel y lo condenó a la pena de 12 años de prisión, además de hacerlo incluir en el registro de violadores.
La publicación de Francia refrenda con detalles las dos causas judiciales por las que fue condenado en Francia, la de 1993 por producción de pornografía infantil y la de 2019 en la que resultó penado como abusador, pero también pone en evidencia que Noel interrumpía abruptamente su estadía en algún país cuando se lo comenzaba a vincular con presuntos abusos.
En el nombre del arte
Marisol, mamá de uno de los protagonistas de esas primeras películas, investigará en internet y encontrará decenas de fotos de las películas de Iván Noel en las que aparecen niños, a menudo semidesnudos, en sitios web de pornografía. Ella no ha olvidado la salida de Noel de España en 2010 que, inmediatamente, pensó que era una fuga. Otra más, como en India.
En España, habían comenzado a aparecer los “mecenas” de las películas de Noel, gente que ponía miles de dólares que les daban acceso a las filmaciones y a los niños que pasaron a convertirse en el principal insumo para toda su producción fílmica.
Ya instalado en Jesús María, Córdoba, Noel tiene una seguidilla de películas con un detalle: además de la cámara oficial, una segunda, más pequeña, circula por todas partes, filmando la intimidad del rodaje, fuera de la vista de los padres presentes. Esos fragmentos son los que aparecen en diversos sitios de pornografía infantil y en sitios de pedófilos.
Incluso, los periodistas de la revista Society se animan a afirmar que Noel abusó de uno de sus actores “fetiche”, aunque jamás se interpuso denuncia penal por eso.
Tras el suicidio de Noel, anticipado en un video que fue retirado por YouTube por infringir sus reglas, las palabras más sentidas hacia él provinieron de foros de pedofilia infantil como boychat y boywiki, entre otros.
Con su muerte, la investigación en la Justicia cordobesa se volvió abstracta y será pasada a archivo, con seguridad.
Para sus últimas víctimas, los tres adolescentes que actuaron en su película Cordero de Dios, las revelaciones sobre su pasado pederasta refuerzan la veracidad de su denuncia.