Bv Alfonsín, tierra de nadie: cuando el fín de un privado avanza sobre el público

«El derecho de cada persona termina cuando empieza el derecho de alguien más» o, al menos, es éste el principio universal que limita y prohíbe vulnerar el derecho de otra persona. Aunque, claramente, no siempre se respeta.

En Alta Gracia, esa vulneración se da, por ejemplo, en la proliferación de carros de comidas y foods trucks que invaden cada vez más la vía pública. Y sobre todo, en el espacio físico «ilimitado» y hasta exagerado que muchos de éstos ocupan ya sea con amplios toldos o en estructuras metálicas inamovibles que se encastran en la misma vereda. De no creer…

El debate no es nuevo. El Municipio de Alta Gracia cuenta con una ordenanza que ya es arcaica; la misma data del año 2009 cuando ni siquiera existía la tendencia del «foods trucks». Es decir, dicha normativa solo contempla a los legendarios carros de choripanes y tampoco tiene en cuenta, por ejemplo, a los puestos de churros.

Lo cierto es que la mayoría de los puestos de comidas que se ubican, por ejemplo, en pleno centro de la ciudad; sobre calle Alfonsín, ocupan casi toda la vereda. Es aquí donde sin duda los intereses de un privado avanzan sobre el público pero, lo más grave, es que no hay un ente regulador que controle y sancione tal acción. ¿Acaso el Estado no tiene poder de policía en esto?.

El último Proyecto de Ordenanza presentado en el Concejo Deliberante referido a la necesidad de regularizar este tipo de trabajo en la via publica, fue en junio de 2022; el cual hablaba de «unificar» la venta ambulante sin entorpecer la libre circulación como así tampoco la vista. Hoy no solo esto sigue sin respetarse sino que hay cada vez más puestos que adoptan dimensiones exorbitantes sin que nadie haga nada al respecto.

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