A Pablo Musse, que vive en Plottier, el 16 de agosto de 2020 no lo dejaron entrar a Córdoba, para ver a su hija Solange que se encontraba en Alta Gracia en estado muy delicado, por un «resultado dudoso» en el control sanitario. No sólo le prohibieron la entrada en la frontera de Huinca Renancó, sino que lo mandaron de vuelta, escoltado por ocho patrulleros de tres provincias distintas (La Pampa, Río Negro y Neuquén), sin parar en las diez horas de un viaje estresante, en el que lo acompañaba Paola, su cuñada discapacitada. Cinco días después moría Solange y sólo horas mas tarde un nuevo test reconfirmaba que el hombre nunca había tenido Covid.
El caso causó indignación y tuvo repercusión a nivel nacional. Hubo efectivos policiales y hasta del COE investigados e imputados por su accionar pero jamás de llegó a buen puerto y la pelota fue pateándose de jurisdicción a jurisdiccion. Lo cierto es que a 19 meses del hecho, Pablo y su familia no obtienen Justicia y en medio de la bronca y el dolor, admite que piensa abandonar el país.
«Ningún funcionario me escuchó, todos salieron después. Reclaman derechos humanos, pero sólo de algunos. Nosotros hemos visto el funeral de Maradona, cuando mucha gente hasta el 2021 no se podía despedir de sus seres seguidos y después hicieron una fiesta en Olivos como si nada. La verdad que estamos cansados y dolidos», expresó Mussé a medios provinciales.
El papá de Solange también puso en tela de juicio la labor de los organismos de Derechos Humanos y dijo que en Argentina éstos son funcionales y «partidarios». «Nosotros juntamos más de 35 mil firmas que presentamos en la Legislatura, y nunca salió nada. Hoy todo sigue igual y queremos irnos del país», añadió.
Una burla judicial
El caso estuvo repartido a nivel nacional porque se estimaba que eran varias las provincias que habian intervenido en el fallido caso. Entonces, al principio estuvo en la Cámara Federal. Sin embargo, un juez entendió que el obstáculo había sido en Córdoba, entonces lo pasó a la órbita provincial para que ésta lo investigara.
Poco tiempo pasó para que desde allí, resolvieran que quien debía tomar partido del caso era el fuero federal y lo trasladaron a Rio Cuarto. Aquí, hubo cuatro imputaciones que involucraron al mismo COE y hasta a policías. Pero, lejos de avanzar, este juzgado volvió a cuestionarse si eran o no los en encargados de analizar la causa y decidieron regresarla a la Cámara Nacional. Pasaron meses y la novedad es que la pelota volvió a rodar. Desde allí, regresaron el caso una vez mas a la Justicia cordobesa para que la investigue. Sí, otra vez al Juzgado de Huica Renancó, en donde al parecer permanece dormida hasta hoy.