Digestión y emociones: la ruta invisible de los alimentos que afecta tu salud

La licenciada en nutrición Claudia Casadei visito los estudios de la 88.9 para conversar sobre un tema que atraviesa a toda la población: el vínculo entre el estrés, la alimentación y la salud intestinal. ¿Son los intestinos nuestro segundo cerebro?

La licenciada explicó que el estrés no solo afecta a nivel emocional, sino que también inflama las células del organismo, alterando funciones esenciales como la digestión y la eliminación de toxinas. En este proceso interviene el llamado eje intestino–cerebro, una conexión directa entre ambos órganos que hace que cada cambio emocional impacte en la microbiota, y viceversa.

Según detalló, cuando el estrés aumenta, también lo hacen las bacterias negativas del intestino, lo que genera síntomas frecuentes: dolor abdominal, inflamación, gases, acidez y la famosa digestión lenta. Por eso, “sí hay mucho por hacer”, afirmó, destacando la importancia de modificar algunos hábitos cotidianos, sin caer en cambios drásticos.

La nutricionista señaló tres pilares fundamentales para comenzar a desinflamar el intestino:

• Incorporar prebióticos naturales: frutas, verduras preferentemente crudas y avena.
• Consumir alimentos ricos en triptófano: huevos, quesos duros y frutos secos.
• Aumentar la ingesta de magnesio: presente en semillas y frutas frescas, sin necesidad de recurrir a suplementos.

Casadei insistió en que pequeños cambios sostenidos pueden generar mejoras notorias en una semana: más energía, mejor descanso y un aumento general del bienestar. Además, remarcó la importancia de revisar no solo qué comemos, sino desde dónde lo hacemos emocionalmente, ya que “no es lo mismo comer desde el miedo que desde el deseo de sentirse bien”.

La licenciada, quien comparte contenido formativo en sus redes (@lic.claudiacasadei), invitó a la audiencia a prestar atención a sus hábitos y a entender que mejorar la alimentación no es un castigo, sino una forma de ganar calidad de vida.

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