En el país y el mundo hay miles de abuelos que no pueden hacer su trabajo preferido: mimar y malcriar a sus nietos.
Las videollamadas y los más modernos que utilizan redes sociales, son un aliciente en tiempos de cuarentena. En Alta Gracia, el ingenio y el amor fueron protagonistas: Mirta Pardini armó un gancho junto a una soga para poder bajar, desde su balcón, los regalitos para sus nietos: unos huevitos de Pascua.
Mirta es paciente de riesgo, por lo que se encuentra aislada y acompañada de una chica que la cuida y le hace compañía. Su familia la saluda desde el balcón y ella, desde el edificio en donde vive, puede ver a sus seres queridos.