«En quinto año a los alumnos se les debería enseñar cómo votar. Es una forma de incentivar la participación juvenil»

Es la opinión de Luz Heredia, una adolescente de Alta Gracia que recalca la importancia de los chicos de su edad en la política. Explica que los jóvenes están más que capacitados para participar de las elecciones.

«Se cree que los adolescentes somos chicos para meternos en la política o militar. Pero yo creo que éstas opiniones de la sociedad hacen sentir al adolescente inseguro, incapaz de participar en algo tan importante como son las elecciones.» comienza su relato.

Luz Heredia es una joven de Alta Gracia, bastante madura para su edad. La chica admite haber debatido sobre política con gente de su edad, y que la mayoría tiene una idea bien formada y están informados (y formados en su opinión). No obstante, reconoce también que hay algunos que tienen ideas preformadas desde el ámbito del hogar y «repiten» lo que les inculcan sus padres.

La chica hace una apreciación sobre la opinión de los adultos respecto al voto adolescente: «Yo creo que es una forma de querer callar al joven argentino, porque saben que no estamos de acuerdo con las decisiones políticas de la actualidad, saben que somos la nueva generación y estamos repletos de nuevas ideas. Quieran o no, los adolescentes debemos ser escuchados y por ahí nos censuran y no se toman en serio nuestras opiniones por el simple hecho de ser joven. No nos quedamos solamente con lo que nos dicen los medios de comunicación y analizamos y no nos quedamos con una sola opinión.» expresa Luz, segura de sus dichos.

En cuanto al rol de la escuela referente a la política, la adolescente explica que «en el colegio donde asisto no se toca mucho el tema de la política, en todos los colegios se deberían empezar a practicar. En quinto año a los alumnos se les debería enseñar cómo votar, mostrarles los diferentes candidatos, porque hay alumnos que no tienen internet o cable y no acceden a la propaganda. Es una forma de incentivar la participación juvenil y que los adolescentes se empiecen a interesar en la política.»  culmina.

Sin duda alguna, a veces los adultos subestimamos a los más jóvenes, pero siempre hay alguno digno de hacernos ver que, a fin de cuentas, la juventud no está perdida.

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