Un mes después de la tragedia vial en las Altas Cumbres, el legislador Oscar González habló por primera vez y se defendió de las acusaciones en su contra. «Estoy pasando y atravesando los días más tristes, amargos y aciagos de mi vida» recalcó, pero subrayó que está «sereno y en paz».
El dirigente peronista de Traslasierra aseguró que desde el primer momento estuvo a diposición de la investigación desarrollada por la Fiscalía de Cura Brochero. En una entrevista con una radio de Villa Dolores, afirmó no recordar nada del momento del accidente.
Sobre las versiones que circularon tras el siniestro, consideró que hubo «un límite muy impreciso entre el estado de derecho y el linchamiento«.
Al momento del choque, González se desempeñaba como presidente provisorio de la Legislatura. Tras el mismo, renunció a ese cargo y solicitó licencia como legislador por seis meses, si bien ahora pidió extenderla hasta que haya una resolución judicial definitiva.
La tragedia
González manejaba un BMW X1 cuando impactó de frente contra el Renault Sandero, cuya conductora, Alejandra Bengoa, de 56 años, murió. La víctima fatal viajaba acompañada por dos adolescentes de 14 años, Marina, su hija y Alexa, una amiga, quienes resultaron con graves heridas. Días después, tras una cirugía, se supo que la segunda quedó parapléjica.
Por la tragedia del 29 de octubre, el legislador está imputado de homicidio culposo agravado y lesiones culposas agravadas. En la indagatoria ante la fiscal Analía Gallaratto, el dirigente peronista negó haber pasado a otro vehículo en doble línea amarilla y se abstuvo de seguir declarando.
«He escuchado una catarata de versiones y cosa juzgada que yo confío la Justicia va a aclarar», sostuvo González en las declaraciones radiales de este martes. «Ese mismo sábado del accidente se había instalado en los medios y en las redes que me había negado a hacerme el control de análisis de sangre, cuando el médico forense a los cinco minutos de llegar al hospital de Mina Clavero me hizo la extracción», señaló.
También aseguró que su teléfono celular fue entregado en ese momento a la fiscal que interviene en la causa. Acerca de los bolsos que fueron retirados de su auto por familiares, declaró que «en uno había ropa y un otro un obsequio que le hizo un amigo».
Al cuestionar las versiones en torno a la tragedia, consideró: «Generan un sensación de impotencia y de rebeldía, pero tengo el espíritu en paz y estoy absolutamente seguro de que la Justicia va a poner esto en orden».
«Estoy dolorido, pero en paz. Quebrado, viviendo días y horas tristes y amargas, donde fantasmas aparecen a cualquier hora del día y de la noche, pero en paz y con la serenidad de quien confía en la Justicia y espera la última palabra del Poder Judicial», enfatizó.
Fuente: EldoceTV