En las carpas institucionales de «Cultura Viva», ubicadas en la entrada principal al predio de Colectividades, estará expuesta una maravillosa colección de máscaras de distintas épocas y continentes, de propiedad del artista y pintor local Matías Factorovich.
La colección total cuenta con unas 50 mascaras y la mayoría fueron conseguidas por el mismo Factorovich en el país de origen; alguna datan más de un siglo y prevalecen las de origen americano, pero también hay de África: Ghana, Costa de Marfil y Congo, entre otras.
Factorovich explica a Resumen que la colección de mascaras (de gran valor arqueológico, antropológico y cultural) «propone re vincularnos con nuestras tradiciones ancestrales».
En un evento como Colectividades que alude a la diversidad y a las distintas caras de nuestra cultura, «las máscaras del mundo son un mensaje que evoca no solo el rescate y la revalorizaciónm sino también una metáfora de la empatía», explica el artista.
En cuanto a las piezas, Factorovich aclara: » En la colección hay de todo, antiguas, danzadas y también nuevas; piezas arqueológicas, antropológicas y de gran valor artístico, ya sea por su síntesis, por el manejo del color, por el trabajo del material o como trazo característico de la impronta plástica de cada comunidad» a la vez que enfatiza el valor de esos objetos por su contexto de uso, historia e intención :»Las máscaras usadas en ceremonias, se llaman danzadas; a diferencia de las nuevas, estas ya poseen toda la energía de una trilogía, ya que se arma un prisma entre el portante, el representado y la fuerza del cosmos».
La idea de inaugurar esta exposición en el predio nace del trabajo conjunto de la Municipalidad y la Comisión de Colectividades y responde a la voluntad de brindar un recorrido de elevado contenido artístico, capaz de evocar distintas culturas y cosmogonías : «Cultura Viva no solo debe proponer e innovar sino también rescatar plásticamente nuestro patrimonio, nuestro imaginario cultural colectivo; mostrarlo siempre de forma didáctica y atractiva para captar la mirada e invitar a la reflexión», finaliza Factorovich.
El coleccionista
Los viajes
Luego se vinieron los viajes por el mundo. Empezando por América del Sur, hasta la experiencia africana que marcó su vida y su mirada para siempre.
A los 19 años se fue por segunda vez a África y permaneció en una tribu: “En esa época viajaba con mi plumín y tinta china. Allí es donde comprobé el dialogo maravilloso de la naturaleza, con sus seres, sus pausas, la profundidad de las miradas, la textura de la piel y el cielo. Fue un despertar y todo eso aún hoy sigue siendo el susurro que me mueve la mano y el corazón” describe el artista multifacético.
Y desde allí Europa, Madrid, en donde expuso, ilustró y entró en el mundo del teatro.
Su actividad fue continua, acá y allá lejos, entre instalaciones en el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires, muestras de fotografía en la Casona Municipal de Córdoba y una participación en el “Ethical Fashion Show” con accesorios de moda ética, en Caroussel du Louvre en París.
Hasta hace unos 10 años atrás, cuando empezó a dedicarse más de lleno a una empresa de accesorios de diseño en Buenos Aires, de la que, además, es director artístico: “si bien me dediqué al diseño y al comercio, fueron años de mucho aprendizaje, ya que aún en escenarios donde la vida parece yerta, lo bello, lo velado siempre aflora y se deja ver. Fueron años muy nutritivos, yo me sentía un cazador que había dejado su tribu para ir en busca de alimento”, aclara Factorovich, quien volvió a establecerse en nuestra región en 2016.
