Después de dos años de taller de Teatro y Murga, en la búsqueda de nuevas propuestas, los talleristas que participan de los programas municipales a cargo de la Dirección de Políticas Educativas, profundizan la apuesta y convocan a los vecinos de Barrio Paravachasca a realizar una película, cuyo tema y armado surgirá justamente a partir de los primeros encuentros.
La idea surge de la necesidad de cambiar los formatos, acercar a los vecinos y además, de la propuesta del mismo Centro Vecinal, de la mano de Mariela García.
Es importante destacar que los talleristas son artistas reconocidos. Verónica Freites es dramaturga, docente y actriz. Además, junto con Eva Galasso, coordina Escenarios de participación, Asamblea de niños de 5 y 6 grados, un programa siempre de la mano de La Dirección de Educación que busca insertar a los más pequeños al mundo de las instituciones políticas y sociales. Sandro Giovannini, es cineasta, director de Rumores de Seda, largometraje filmado en nuestro valle y actualmente está trabajando en la nueva película, Karma Lucía. Sus últimos trabajos cuentan siempre con la actuación tanto de profesionales como de vecinos.
A partir de esta experiencia nace el proyecto “Hagamos una película”, que arrancaría este sábado de 16 a 18 horas, en el Centro Vecinal.
Verónica Freites, acerca del desarrollo de la película, explica que “ se trata de una forma de hacer partícipes a los vecinos de las problemáticas cotidianas, pero también un momento creativo y de diversión. Este sábado empezamos con un taller en el que miraremos una película y la analizaremos, para luego empezar a diseñar una propia”.
La posibilidad de que se cree un lenguaje y se utilice un canal distinto para poder exponer problemáticas reales, ya fue experimentado el año pasado con las “Mil grullas”, cuando se colgaron a lo largo de la avenida principal del barrio, una multitud de grullas de papel, para así manifestar de otra forma el pedido de una obra de asfalto. Los vecinos fueron escuchados y, a pesar de que la obra no se haya realizado aún, hubo ciertos avances en la arteria del barrio.
La iniciativa de las mil grullas, surgió de los mismos niños, a partir de una leyenda japonesa que cuenta que quien haga mil grullas de con la técnica origami, recibirá un deseo: una forma distinta de reclamar y sentirse parte de ese pedido.
Ana Caturelli, titular de la Dirección de Políticas Educativas, celebra este nuevo formato de taller, que “es uno de los que desde el municipio realizamos en los barrios y centros vecinales. La propuesta estimula a los que participen a formular un mensaje que surja del barrio, a través de un lenguaje diferente. El arte y la educación tienen un rol fundamental en el trabajo comunitario”.