Martín Rey: «Estoy muy orgulloso de llevar la bandera de mi papá ´El Monstruo Sebastián»

El hijo del Monstruo Sebastián, Martín Rey, visitó los estudios del programa «Todo Pasa» de FM 88.9 y dialogó con el equipo sobre su carrera y el recuerdo de su padre como uno de los máximos referentes de la cumbia y el cuarteto.

Rey vino acompañado por el artista local Lele Quiroga, con quien hoy se presentarán en el Club Central, en un adelanto del festejo del Día del Amigo. «Es un gran artista, el hijo del Monstruo Sebastián y hará un show íntimo esta noche» detalló Quiroga. Rey sólo había venido de vacaciones o de paso por Alta Gracia y esta será la primera vez que va a tocar aquí.

El show comenzará alrededor de las 23 horas, con la actuación de Quiroga, luego seguirá Rey y más tarde «Barravaleando» una banda homenaje a La Barra». La propuesta del hijo de Sebastián, incluye «los grandes éxitos de mi papá pero con mi estilo, sino ya me hubiera caído. Te hago recorrer desde el año ´82 hasta el 2016: ´Tras las rejas del parque, Bandido, Falsa como besito de suegra, En un cuarto de hotel».

«Estoy muy orgulloso de continuar con el legado de mi papa, estoy muy orgulloso de llevar su bandera. Trabajo desde hace 24 años con el tema de la música, primero con la administración de la carrera de Sebastián, luego con la de Damián Córdoba y los últimos seis, como Martín Rey» relató el artista.

Sobre cómo definió comenzar con su carrera como cantante, narró: «Un mes después del fallecimiento de mi papá -que fue en abril del 2017- me pregunté ´¿y yo porqué no?´y finalmente un 9 de septiembre empecé a actuar. Con él nunca quise cantar, primero por el parecido y segundo por su inmensidad. Estábamos por producir algo juntos cuando falleció».

Ante la pregunta sobre cuál es su mejor recuerdo de Sebastián, contó: «Me quedó muy marcado un lunes que recién llegaba a Córdoba, estaba con los bolsos en la terminal de ómnibus y no paraba de sonarme el teléfono. Recién acababa de grabar «Con la Pasión Intacta». Atiendo y me dice ´venite a casa ya´. Llego al edificio, voy subiendo por el ascensor -vivía en un noveno piso- y sentía olor a quemado….iba pensando que se estaba incendiando el departamento (risas) y a medida que subía, el olor se iba haciendo más rico. Llego con los bolsos, luego de 900 kilómetros y estaba de espalda…se da vuelta y tenía unos ricos bifes a la criolla. Nos bajamos tres botellas de vino, lo único que quería era comer conmigo».

Ya de su carrera, el mejor recuerdo que tiene es «cuando fui al Club Comercio de Villa Dolores, cuando fuí a Tucumán y pasé por los grandes escenarios que piso él, sentí una gran emoción».

 

 

 

 

 

 

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