Desde hace algunas semanas el Tajamar volvió a quedar sucio y lleno de algas.
Según se conoció, la cosechadora que estaba asignada al trabajo del Tajamar «debe estar todavía en algún taller esperando para que se arregle», se le escuchó decir a un empleado municipal.
Lo cierto es que uno de los espacios que sirve como referente histórico de la ciudad no está, hoy por hoy, en condiciones de recibir visitantes.