En Alta Gracia, el casamiento parece haber dejado de ser un ritual de juventud. Los números del Registro Civil muestran un cambio profundo —y para muchos, inesperado— en el perfil de quienes deciden formalizar su relación. RESUMEN, dialogó con Daniela Naselli, encargada del Registro Civil de nuestra ciudad.
A esta altura del año pasado, la ciudad llevaba registrados unos 220 casamientos. Un año después, en el mismo período, la cifra apenas alcanza los 110. La caída es contundente: 50% menos.
Pero no es solo que hoy se casa menos gente: también cambió quiénes se casan.
De los 110 casamientos registrados en lo que va de este año, la mitad corresponde a personas jóvenes de entre 20 y 35 años.
La otra mitad —algo que no ocurría con tanta claridad el año pasado— son parejas adultas de entre 35 y 80 años.
El dato inesperado es que, en relación al año anterior, los casamientos de adultos mayores crecieron proporcionalmente, mientras que los de jóvenes cayeron junto con el total general.
En 2024, el matrimonio era un movimiento más frecuente entre los jóvenes. En cambio, en 2025, la ciudad muestra un equilibrio inédito: hoy se casan prácticamente tantos mayores como jóvenes.
¿Qué esta pasando con los jóvenes?
La pregunta se repite en registros civiles de todo el país y abre un debate que divide opiniones.
Para muchos, la estabilidad económica y laboral pesa más que la ceremonia. Otros prefieren invertir en experiencias propias como viajes, proyectos personales, estudios, tiempo para sí mismos antes que en una fiesta o incluso en una libreta. Y está también la idea, cada vez más presente, de que el casamiento “ya pasó de moda”, que el compromiso se construye de otras maneras y que la formalidad dejó de ser un deseo compartido.
El interrogante queda abierto: ¿los jóvenes no se casan porque no pueden, porque no quieren o porque hoy las prioridades son completamente otras?
