Esta mañana, sucedió algo increíblemente vergonzoso en el cementerio. Mientras familiares y amigos despedían a Leandro Vargas, el joven asesinado en Villa del Prado, dos empleados se agarraron a las piñas delante de todos.
Dichos «trabajadores», si se les puede llamar así, eran los encargados nada más y nada menos que de preparar la sepultura del joven y, sin respeto alguno por los dolientes ni por el contexto en sí, iniciaron una discusión que siguió con insultos y luego con golpes de puño. La cosa se fue tan de las manos, que el mismo suegro del fallecido debió intervenir para que los inadaptados cesaran su conducta. Sin duda, una escena más que vergonzosa y una total falta de respeto.
Pero, si bien no es la primera vez que empleados del cementerio dan la nota, hay quienes aseguran que esta vez están descontrolados. «Toman y hasta se drogan ahí adentro», dicen los trascendidos. Y, ni hablar de la infinidad de denuncias por robos que se han dado a plena luz- en muchos de los cuales han signado hasta a los mismo cuidadores como los responsables.
¿Hasta cuándo el Municipio va a seguir sosteniendo lo insostenible? ¿Qué más debe pasar en el cementerio para que tomen cartas en el asunto?. Un lugar que se supone es sagrado. ¿No fue esta la gota que colmó el vaso?.
Cabe destacar que los protagonistas del bochornoso espectáculo ya habrían sido suspendidos.