Abocada al handball desde el 2013, Karen, de 24 años y oriunda de la ciudad, fue una de tantas personas que tuvo que adaptar su trabajo a pandemia. Amante del deporte y con la vocación a flor de piel, la joven no consideró el aislamiento como un obstáculo para seguir educando sobre los beneficios de moverse.
En diálogo con RESUMEN Opazo comentó que “en realidad daba clases de handball en el Polideportivo» pero con la cuarentena se hicieron entrenamientos en su casa con los chicos a través videollamadas, con la categoría mini, de 5 a 10 años. «A medida que se fueron habilitando protocolos en calistenia, caminata y parkour, decidimos juntarnos y hacer caminatas y salidas en bici. A principio de agosto comenzamos con eso. Lo que estuvo bueno es que se sumaron más chicos y personas que antes no practicaban ningún deporte, papás y mamás también se enganchaban”, contó.
El punto de encuentro es en el Parque Infantil los días lunes y miércoles a las 16 y a las 17 hs y se volvió a poner en práctica también el entrenamiento de handball. “Este año tenía pensado volver a la competición, es decir a dirigir otras categorías más grandes como mayores y cadetes pero este año no
pudimos empezar prácticamente”, explicó la joven profesora y continuó “con respecto a la cuarentena estuvo bueno porque hubo muchos cursos online, muchas capacitaciones que si no estuviera la cuarentena sería difícil que se creen ámbitos para éstas convocatorias y está bueno para formarse y aprender más”.
Acerca de los beneficios de combinar el deporte con la naturaleza, la profesora remarcó que se experimentan diferentes sensaciones y se materializan hábitos y comportamientos que se intentan inculcar en el aula. “Una pavada pero cuando alguien tira un papelito, todos dicen no, hay que cuidar el medioambiente y eso está bueno porque se dan cuenta que todo lo que está a su alrededor lo tienen que cuidar. Con mi visión y teoría de ser profe apunto a formar personas antes que jugadores”
La concurrencia que obtuvo el proyecto de Opazo ha aumentado paulatinamente sumándose así otros integrantes de la familia. “Cuando terminamos las caminatas y demás nos decían que volvían con su mamá o
papá porque estaba re lindo. Está bueno porque también van conociendo partes de la ciudad que desconocen o por ahí no salen mucho”, culminó.
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