Año a año Alta Gracia se viste de fiesta para mostrar un evento que ya lleva 26 años en la ciudad.
Todo comenzó con el humilde objetivo de rendir homenaje al lugar que tan bien había cobijado como propios a los inmigrantes.
Y así, con algunos errores, con aciertos, pero con muchas ganas se le fue dando forma a lo que luego se convertiría en el evento más representativo de la ciudad.
Las Comisiones fueron cambiando, pero no por eso dejaron de poner toda la carne en el asador para que la fiesta tomara trascendencia nacional, y vaya si se logro.
Miles de espectadores entre ellos extranjeros y de todas las provincias de la Argentina, cada febrero disfrutan de comidas y bebidas típicas y una variada propuesta musical.
Todo lo que sube…
En los últimos años se fueron modificando algunos detalles que beneficiaron la popularidad del festival, como el cambio de lugar, ya que tradicionalmente se realizaba en el Tajamar y luego se mudó al predio ubicado en Av.Yrigoyen y Bv.Alfonsín, utilizando además las instalaciones del Polideportivo municipal; la incorporación de artistas internacionales; el beneficio para los altagraciences de abonar sólo el 50% del valor de la entrada al predio; la colocación de una carpa informativa en la Plaza Solares, la creación de una página web donde se puede consultar quienes participarán del evento, etc. Todo esto hizo que la fiesta fuera creciendo de manera escalonada.
…Tiene que bajar
Sin embargo, y a pesar de que este año todos esos cambios siguen vigentes, además de sumarse 3 días extras a la fiesta, hay una sensación de incertidumbre, que no sabemos si se debe a que esperamos que algo maravilloso vaya a suceder o porque la desprolijidad se está haciendo notar.
La grilla de artistas se confirmó tan sólo 20 días antes de dar comienzo al espectáculo, los precios de las plateas se dieron a conocer 15 días antes y la conocida carpa para que la gente se informe y pueda adquirir sus entradas al predio estuvo instalada pero sin abrir sus puertas durante 4 días.
Sin contar los graves problemas de comunicación que hay entre los encargados del evento, a cada pregunta que se le hace a la flamante Comisión la respuesta es contundente: “Lo estamos estudiando”.
Es cierto que montar un evento de la característica de Colectividades cuesta, hay que ponerse de acuerdo en muchos temas, sorprender con algún cambio y trabajar minuciosamente cada detalle, pero ¡ojo señores!, corren peligro de que llegue el 1º de febrero y todavía “sigan estudiando”.
Herencias
Si bien sabemos que trabajar y lograr el equilibrio no es tarea fácil, sería muy importante que el esfuerzo denodado que están realizando en las funciones y que heredaron de la anterior Comisión, se vea plasmado en los actos y que puedan construir una verdadera fiesta, ya que este año tiene un plus muy especial: el Presidente de la Comisión organizadora es hijo Milo Morcillo, un referente de Colectividades y de quien heredó el nombre su escenario mayor.
Y si, definitivamente es un problema de herencia. La actual Comisión heredó su mandato sólo dos meses antes de dar comienzo a la XXVI Encuentro de Colectividades y si bien al asumir se mostraron optimistas, también es cierto que estaban preocupados por el corto tiempo que tenían para llevar adelante un evento de semejante envergadura.
Esperanzas
De todas formas, no hay de qué preocuparse. Estamos nosotros, los ciudadanos esperando como siempre que aquellos que nos representan y que deben ver un poquito más allá se equivoquen una vez más; después de todo en el error radica el crecimiento, ¿no? Sería una pena que uno de los mayores esfuerzos que se está llevando adelante en la actualidad en cuanto a la calidad y la cantidad de eventos para transformar definitivamente a Alta Gracia en una verdadera ciudad turística, se vea perjudicada.
Quizás se olvidaron de tener en cuenta a Colectividades dentro de la grilla de eventos o se les pasó el tiempo sin darse cuenta, o creyeron que se podía ¿También será culpa de la herencia? Nunca lo sabremos, lo que sí sabemos es que nuestra ciudad necesita hoy más que nunca a “Todo el mundo en Alta Gracia”.
Claudia Fernández
