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Su expareja abusó de su hija durante años pero la Justicia no le impide el contacto con sus hijos biológicos

Parece extraído de una película de terror pero es la pesadilla en carne propia que le tocó vivir a Verónica y su familia. Una realidad de la que no pudo ni puede escapar a pesar de haber cambiado de ciudad e iniciado «una vida nueva».

La mujer se mudó a Alta Gracia hace dos años tras denunciar a su expareja – con quien tiene dos hijos en común- por abusar sexualmente de su hija -e hijastra de él-, en ese entonces menor de edad. Vejaciones que, según relató la joven, comenzaron cuando tenía entre ocho y nueve años y que se animó a confesar tras una simple discusión familiar.

«Cuando ella tenía 17 años el novio le regaló un celular y yo como mamá me opuse porque habíamos llegado a un acuerdo como familia de que ninguno de los tres mas grandes iba a tener teléfono hasta que lo decidiéramos, porque ya lo habían tenido y no habían respetado nuestras condiciones entonces se decidió eso. Mi hija discutió con él (en referencia a su expareja) y se fue de la casa. No fue algo tan grave, fue una tontería en realidad, ella fue a la casa de su tío, mi hermano,  y se negaba a regresar. Yo no estaba de acuerdo con eso porque de chica yo había sufrido abuso por parte de mi hermano, no fue algo de la magnitud de lo que sufrió mi hija pero no me generaba confianza y son heridas que cuestan sanar, entonces fui a la Justicia para que interviniera y así ella regresó conmigo a casa», comenzó narrando la mujer en entrevista con RESUMEN. Lo que sucedería después impensado para ella.

De nuevo en la casa y al ver cierto rechazo de su hija para con ella, Verónica decidió confesarle aquello que había ocultado durante años para que la adolescente entendiera el por qué de su temor sobre la permanencia de ella en la casa de su tío. «Le conté lo que yo había vivido, ella me miró sorprendida, me agarró la mano y me dijo ‘¿puedo hablar con vos?’ le dije ‘sí’ y me llevó a otra parte, detrás de nosotras venía él (su expareja), quien había estado escuchando todo y le dije ‘no, ella quiere hablar conmigo’, me di cuenta de que algo andaba mal y fue ahí cuando me confesó que su primera relación no había sido con su novio sino con su papá», recordó la mujer, con la voz quebrada, a la vez que reconoció que en ese entonces aún entendía lo que sucedía. «Por un momento  se me cruzó por la cabeza su padre biológico a quien no veían desde que eran chiquitos, le vuelvo a preguntar y me dijo fue papá refiriéndosé a él y me dijo no digas nada por favor».

Tras la terrible revelación, Verónica enfrentó al hombre y éste sólo se limitó a decir: «no se porque lo hice». «El demostraba ser un hombre intachable y correcto, en realidad era un personaje», sostuvo la mujer.

Una denuncia y un calvario…

Ni bien se enteró de todo lo había vivido y callado su hija, Verónica radicó la denuncia correspondiente. Para entonces, Leonardo, así se llama el exefectivo, estaba intentando cruzar la frontera hacia Bolivia y fue aprehendido tras un operativo policial. «Solo dos días preso y la cosa no terminó ahí, siguió hostigándonos y manipulándonos como familia. Mi error fue no haber cortado el vínculo rotundamente con él y es de lo que me arrepiento, pero las personas con las que me reunía en ese entonces, gente de la iglesia con la que siempre nos juntábamos, me hablaban de la necesidad del perdón, todo el tiempo con ese discurso. Además, una abogada me asesoró mal y me dijo que no podía impedir el contacto con sus hijos biológicos y ese fue mi error», resaltó la mujer.

Ya imputado y con una orden de restricción para con su hijastra, el sujeto siguió utilizando el recurso de la manipulación para acercarse a la familia. «Todo el tiempo me enviaba mensajes y videos diciéndome que se iba a quitar la vida y que se sentía mal por lo que había hecho,  todo se lo entregué a la Justicia. Él ahora es pastor evangélico y sigue manipulando a mis hijos mas chicos, que son sus hijos, con el cuento de que está arrepentido, no se que es capaz de hacer», agrega la mamá de la víctima quien en definitiva también fue víctima del mismo verdugo.

Escapar para empezar una nueva vida

Verónica decidió vender la casa que tenía en la zona sur de Córdoba y venirse a vivir a esta ciudad. Fue una forma de alejarse de su ex, o por lo menos lo que intentaba. Sin embargo, eso nunca pasó y al poco tiempo supo que éste también se había mudado a Alta Gracia.

«Al principio se había venido a vivir a Villa del Prado. A él la Justicia no le hacía nada, podía hacer lo que quisiera, seguía viendo a sus hijos, los buscaba, los retiraba de la escuela y los traía a mi casa a cualquier hora. Nunca permití que se quedaran a dormir con él pero ¿Cómo puede ser que con los antecedentes que denunciamos no le pusieran un límite o evaluaran si podía ver a mis hijos o no?. Siempre reclamé eso», añade la mujer, quien hace apenas dos meses inició una nueva peregrinación – esta vez en la Justicia local- para impedirle el contacto con sus hijos.

«Lamentablemente no pude cuidar a mi hija pero ahora quiero resguardar a mis dos niños»

Verónica contó que hace dos meses su hija de 10 años despertó diciéndole que estaba triste por su papá, porque cuando éste estaba en la iglesia lloraba y se tiraba al piso pidiéndole perdón por lo que había hecho. «Yo le pregunté que era lo que ella sabía y ahi fue cuando me dice que sabía que su papá ‘le había echo algo malo a su hermana y que estaba arrepentido por eso’. Eso me preocupó porque no sabía qué le podía estar diciendo él a una nena de diez años, de repente ella empezaba a idealizar a su padre como lo había hecho su hermana y quizás para algunos pueda parecer que estoy traumada pero no quiero que le pase de nuevo a mis hijos, por eso fui a alertarlo a Tribunales», explicó la mujer. La respuesta no fue la esperada.

Lejos de entender la situación y el contexto que hacía a la preocupación de esta madre, desde la Justicia local le habrían respondido que «nada tenía que ver una causa con la otra y que lo que se trataba ahora era el derecho de un padre para con sus hijos y viceversa».

«A diferencia del trato que recibimos en el Polo de la Mujer, acá en Alta Gracia me trataron muy mal y hasta me cuestionaron la liviandad con la que yo había narrado lo de mi hija. Nadie sabe lo que me costó todo eso, lo que yo pasé y si estaba pidiendo el impedimento de contacto de este hombre con mis otros hijos era precisamente para que no volviera a pasar lo de antes. ¿Cuál era la diferencia de que ahora se tratase de su hija propia si antes se golpeaba el pecho diciendo que todos eran sus hijos y hasta ibamos a la iglesia en familia después de que él le hacía todas esas atrocidades a mi hija?. Es lógico mi miedo. Él a mi hija le hizo cosas que cuesta mencionar, abusos de todo tipo», añadió la mujer, quien atravesó un tratamiento psicológico y psiquiátrico tras el caso y hoy está en permanente contacto con su hija, la víctima, quien vive en pareja en en otra ciudad.

«Yo también estoy en pareja y tratando de salir adelante. Él radicó una denuncia en contra de mi nueva pareja acusándolo de golpear a mi hijo mas chico, nada mas lejos de la realidad. Sólo quiere excusarse y no me queda mas que recurrir a los medios. Él ahora vive a pocas cuadras de mi casa y temo por lo que pueda hacer. Quiero que le impidan el contacto con mis hijos, que la Justicia me escuche», culminó.

Cabe destacar que al acusado se le negó su reintegro a la fuerza policial tras haber tenido algunos intentos de suicidio- previos a que el caso saliera a la luz- luego de que las pericias consideraran que no estaba apto para su reincorporación.

(Si sos víctima de violencia familiar o sexual, o sabés de alguien que lo sea, llamá a la línea 137. Es gratuita, nacional y brinda contención las 24 horas, los 365 dias del año)

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