Agustín Loza tiene ocho años y vive en Villa Camiares. Sus rulos reflejan el espíritu libre de un niño de su edad. Sin embargo, con la seriedad de una personita mayor, cuenta su historial futbolístico, dato que no es menor: Agustín, dentro de la Categoría 2011, es actualmente jugador de Cebollitas del Club Atlético Talleres.
“Hace tres años que juego al fútbol, tengo ocho ahora. En Talleres hace casi dos años que estoy”, cuenta el niño. Cristian Loza, su papá, hace una síntesis más detallada sobre su historial futbolístico: “Empezó en la Escuelita oficial de Talleres, en Alta Gracia. Mediante los campeonatos, fue visto por un veedor del club, que nos citó para que le hicieran unas pruebas. Estuvo un año de prueba y el año pasado ya quedó para el club: ahora juega para Cebollitas de Talleres”.
De Alta Gracia, en su categoría, es el único que pasó las pruebas y logró quedar. “Todo lo que logró fue gracias a su esfuerzo. Es todo mérito de él, nosotros no hablamos con nadie, con jefes, ni con profesores. El fue, entrenó, jugó y cumplió. No es un Messi o un Maradona, juega al estilo que ellos buscaban” comenta el papá.
Detrás de todo campeón, hay un gran apoyo
La familia de Agustín prioriza, sobre todas las cosas, la felicidad y la comodidad del niño a la hora de desarrollar su pasión.
Detrás del joven jugador, hay otro gran equipo, el familiar, que aúna esfuerzos para que el pequeño pueda seguir practicando el deporte que ama y lo disfrute. Así, su mamá tuvo que cambiar los horarios de trabajo, su papá hace lo imposible para llevarlo a la cancha, y la figura presente de un abuelo tan orgulloso como dispuesto a dar una mano. “Con la mamá hablamos en que apoyarlo a él era cambiar nuestra vida. Ya los mates que tomábamos en Carlos Paz, ahora se toman en una cancha”, reflexiona Cristian. “Cuando sea grande quiero ser como mi papá”, asegura Agustín.
El niño juega al fútbol, con pasión, diversión y responsabilidad: que son, en cierto modo, pilares fundamentales de la vida.
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