Ya la eliminación de plateas en las ediciones previas dejaría en evidencia la visión sobre lo que debía ser la fiesta madre de Alta Gracia. Un Encuentro Anual de Colectividades por y para el pueblo en donde renaciera la esencia, lo cultural y predominara la gastronomía por sobre lo artístico.
Lo que ocurrió con este XXXV Encuentro, sin duda, colmó ampliamente las expectativas. ¿Era posible hacer una fiesta con entrada totalmente libre y gratuita sin que ello significara un caos?; contra cualquier pronóstico, sí lo fue y el éxito quedó demostrado.
Noches con el predio colmado en donde todo el mundo pudo disfrutar de lo que se vivía tanto arriba de los escenarios como en las carpas gastronómicas. Desde aquel vecino que llegaba para ver a sus hijos bailar en alguna academia (y hoy no tenía que pagar por ello) hasta aquel turista de paso que se maravillaba por la amplia oferta de Colectividades. Opciones para todos los gustos y la regla de que cada país presentara una opción de «plato económico» para de este modo aliviar el bolsillo de los visitantes.
La del sábado fue una noche histórica. Pasadas las 23:00 horas la comisión organizadora junto al personal de Defensa Civil. Duar y autoridades de la Departamental Santa María, decidía cerrar las puertas del predio por cuestiones de seguridad. Y es que para esa hora la capacidad era total y el Encuentro había llegado a su tope máximo: 100%.
A pesar del significativo afluente de público, todo pudo desarrollarse de la mejor manera y si bien hubo algunos inconvenientes (pleitos entre jóvenes y una que otra pelea en las inmediaciones del evento) las situaciones pudieron contenerse gracias a los mas de 120 policías y 45 voluntarios de Defensa Civil- sumado a la seguridad privada que hubo durante todas las noches- que trabajaron a destajo.
Los astros parecen haberse alineado para que la conclusión final fuera esta, la del éxito rotundo. Y es que -lejos de ser un dato menor- el clima acompañó durante todas las cinco noches que se desarrollo Colectividades, algo que no sucedía desde hace años. Adiós a los malefícios…
En fin, seguramente esta edición quedará para la historia. Un evento con 35 años de vida que para algunos «se estaba perdiendo» resurgió cual ave fénix y como al principio, con la misma impronta que le pusieron sus precursores, ese puño de inmigrantes que llegaron a Alta Gracia y transformaron una idea en una hermosa realidad: Colectividades.
Párrafo aparte para un Daniel González, presidente de Colectividades, quien también se puso la mochila al hombro con el riesgo de que -cual truco de magia-, «todo podía fallar» y, en ese caso, el dedo señalador estaría también sobre él. Asimismo, González confió, asumió los riesgos y los frutos fueron de los mejores.
Que siga disfrutando el pueblo, que la fiesta sea de todos y que cada año podamos decir «Todo el mundo en Alta Gracia».
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