
Así comienza su relato Carlos Altamirano. El “flacho Charly”, para quienes lo conocen de años en el barrio y en el fútbol.
La pesadilla para él comenzó la tarde del martes 27 de junio cuando durante el partido entre Deportivo Norte y Almirante Brown, en Malagueño, fue protagonista de los incidentes junto al árbitro Daniel Correa.
“Estaba todo muy caliente. Íbamos perdiendo el clásico y encima el árbitro nos verdugueaba a cada momento tratándonos de maricones y de tribuneros cada vez que protestábamos una falta que nos cometían. Le protesté por una infracción y me sacó la tarjeta. Cuando me iba yendo me dijo una barbaridad y ahí me nublé. No lo pensé y fui contra él, y le pegué”, relata Charly quien prosigue contando: “Luego no me acuerdo de mucho más. Sé que entre varios me retiraron y terminé en la comisaría de Malagueño, esposado y contando de nuevo lo que había pasado”.
Siete días estuvo preso Carlos Altamirano. Bastante tiempo más que muchos delincuentes encarcelados por delitos mucho más graves que el de él. Altamirano nunca había estado preso. Su prontuario estaba limpio, como sus antecedentes futbolísticos.
“En la Comisaría de Alta Gracia me trataron bien. Sabían que yo no era un delincuente y nunca me hicieron nada. Pero igualmente, estar ahí adentro, con gente desconocida que está al salto para buscarte bronca no es nada lindo. No veía la hora de irme, de salir, de poder jugar con mi hijo y abrazar a mi esposa. De volver a mi vida normal”.
Ahora, ya en libertad, Altamirano deberá aguardar la sanción que le imponga el Tribunal de Disciplina de la Liga Cordobesa. Eso se conocerá en los próximos días.
Luego de todo lo sucedido y lo vivido, el “flaco” reflexiona y dice: “Cada día, cada momento que pasa me arrepiento de lo que hice y aprendí la lección. Igualmente, no soy un criminal, no maté a nadie, no robé ni nada de eso, solo tuve un momento de furia del que me arrepiento”.
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