Es mundialmente conocido que los jueces de línea y el árbitro en el fútbol no son muy bien vistos en su totalidad, pero hoy es uno de los trabajos que se está viendo afectado ante la aparición de la tecnología al servicio del fútbol moderno. Marcos «Tato» Medina es un joven oriundo de Barrio General Bustos de nuestra ciudad, hijo de del reconocido árbitro “Mono” Medina, quien se desempeñó por muchos años en torneos de importancia para el fútbol de Alta Gracia tales como las competencias del Club Anglo Viejo, del Aeroclub y del Club Sporting de Barrio Sur.
Marcos sigue los pasos de su padre en el mundo del arbitraje, pero se desenvuelve dentro de la variante del juez de línea o lineman. El joven de 28 años es el encargado de trazar las líneas de las distintas canchas en las que se disputan los partidos. «Me toca pintar las líneas con cal en todas las canchas antes de los partidos, estas las necesito siempre bien marcadas para poder trabajar bien» manifestó Marcos a la 88.9 fm.
El joven es el encargado de impartir justicia en las competencias locales y lo hace junto a una terna arbitral designada por el club organizador. En cuanto a la cuestión económica, la terna arbitral se lleva una ganancia que se reparte entre varios miembros, por lo que la ganancia se reduce bastante. A raíz de esto Marcos debió buscar un trabajo en la construcción local que le permite vivir un poco más tranquilo.
«Ganamos muy poco dinero, por lo que a esto simplemente lo hacemos por gusto y amor al fútbol, pero en lo económico debería ser más justo por la tarea que desempeñamos y todo lo que tenemos que aguantar en la cancha», exclamó Medina a la 88.9 fm.
En relación a esta última mención, el lineman contó como es el trato que los jugadores tienen con ellos dentro de la cancha: «Cuando están enojados y cuando van perdiendo te tratan como quieren, me tengo que aguantar esas cosas, por eso digo que el trabajo de juez de línea no es muy bien visto y valorado en ningún lado» finalizó Medina.
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