
Es el caso de los cordones reparados en la esquina de Olmos y Belgrano, donde algunos transeuntes no alcanzar a distinguir que el cordón está en reparación (no hay carteles indicativos) y además de pisar el concreto fresco, se han tropezado y caído de bruces sobre el cordón.
Fue el caso de una vecina de la ciudad que cerca de las 11 de la mañana cruzó apurada la calle y pisó el cordón, sin detectar que el concreto estaba contenido por un armazón sin ningún tipo de señalización para peatones. Por suerte no pasó de un tropezón.








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