El viernes pasado, a las 20 horas, Marcelo Siderides celebró una mesa de despedida en la Parroquia Nuestra Señora de la Merced. En noviembre, y por decisión del Obispo de Córdoba Monseñor Carlos Ñáñez, Siderides ha sido alejado de Alta Gracia y designado Párroco de Despeñaderos y a la Escuela Parroquial Pío XII”.
Desde un primer momento resultó llamativa esta decisión a tan pocos meses de la inauguración de una de las obras más contundentes y ambiciosas de las últimas décadas en la ciudad, en cuanto a materia edilicia y educativa. Más aún si se piensa que fue designado para una comunidad y una institución escolar notablemente más chica.
Siderides celebró la misa acompañado por Marcos Cabrera, el nuevo Párroco quien ya ofició en la bendición de Colectividades este sábado.
Con pocas palabras Siderides y frente a una Iglesia llena pero absolutamente falta de políticos y autoridades, se despidió luego de 11 años en nuestra ciudad. “Veo a niños que bauticé que ahora entran a la secundaria. Cambiaron muchas cosas en estos años, entre aciertos y desaciertos me despido con la certeza de haber cumplido con la misión que me fue encomendada”, aseguró el cura.
De hecho, si hay algo que todos le reconocen a Siderides es haber logrado la construcción del Colegio, pero además, sendas obras de ampliación de instalaciones parroquiales. Sin dudas hoy, el Obraje es el complejo educativo con la mejor infraestructura de la ciudad y una de las construcciones más imponentes de las últimas décadas.
Ninguna autoridad local lo acompañó, salvo el Secretario de Turismo Jorge De Nápoli, hombre allegado del Colegio. Una de las razones son las duras frases que Siderides pronunció justo el día de inauguración de la nueva sede escolar y que apuntaban a desconocer todo mérito al Municipio. Además las últimas polémicas por los planos de obras y la construcción de locales comerciales en las instalaciones de El Obraje, dejaron varias caras largas.
Tal vez cuando Siderides hablaba en la misa de desaciertos refería a esos episodios o más bien al escándalo de los pisos de la Iglesia que alcanzaron todo los medios nacionales. No lo sabremos, porque ya desde hace un tiempo largo, el cura más mediático que tuvo Alta Gracia no habla con la prensa, o gran parte de ella: “Me tienen prohibido hablar”, dijo a la salida de la Iglesia el viernes pasado Siderides a RESUMEN.
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