Desde el pasado lunes, la casa de Gran Hermano (Telefe) experimenta una nueva vuelta de tuerca en su dinámica, ya que familiares de los 12 participantes actuales se unieron al reality show, duplicando el número de personas en competencia. Según lo anticipado por Santiago del Moro, esta incorporación promete alterar las relaciones y alianzas preexistentes, así como potencialmente definir nuevos conflictos dentro de la casa.
Mientras los participantes se encontraban en el SUM, los familiares fueron ingresando de a uno por la puerta principal y tuvieron primero encuentros individuales con sus seres queridos. Así se dieron momentos de muchísima emoción como el reencuentro de Devi con sus perros, que coronó la noche o el de Luz, que se fundió en un gran beso con su novio. Sandra quedó impactada por el ingreso de su marido, mientras Luchi y Lourdes rompieron en llanto al recibir a sus madres.
Pero en el caso del participante cordobés, un amigo de toda la vida entró al juego para ayudarlo y acompañarlo. Se trata de Ariel Alejandro Albornoz (27 años), quien arribó en representación de su amigo de toda la vida, Ulises Apóstolo, como parte de la entrada de familiares y seres queridos a la competencia. Proveniente de Despeñaderos, ambos compartieron su educación desde el jardín hasta la secundaria, estableciendo un vínculo de amistad inquebrantable. Incluso, juntos llegaron a Buenos Aires para empezar sus estudios universitarios.
Ariel destacó a Ulises como “un amigo muy fiel”, algo que verdaderamente se ha dejado ver en la casa de GH teniendo en cuenta las miles de veces que Chiara Mancuso lo abandonó. “Lo veo muy bien para llegar a la final tranquilamente”, aseguró el amigo del politólogo que genera polémicas desde la primera semana. El cordobés mencionó, que trajo consigo el propósito de infundir alegría en la casa, anticipando la sorpresa positiva que significó su llegada para su amigo. “Le vengo a aportar mi alegría. Lo primero que me va a decir cuando me vea va a ser: ‘Qué hacés acá, culiao’”, dijo entre risas.
Mientras sonaba el clásico hit de La Mona Jiménez «Despierta Corazón» y Ulises cantaba dentro del SUM, por la puerta del patio entró Ariel. Para aprovechar los pocos segundos de reencuentro que el Big dio, corrió a máxima velocidad para abrazarlo después de meses. Con gran sorpresa, le preguntó a Ariel: “¿Qué haces acá?“. Alegre y totalmente desconcertado, el cordobés disfrutó mucho la entrada de su amigo de toda la vida.
La dinámica de competencia de esta semana en Gran Hermano inició el pasado miércoles, donde se conocieron los resultados que definieron quiénes debían abandonar el hogar más observado del país. La dinámica de votación implicó que los dos visitantes que recibieron menos apoyo del público fueran automáticamente eliminados, dejando atrás la posibilidad de acceder al premio final, un viaje para dos personas a Buzios y Río de Janeiro con diez días de estadía.
En el caso de Ariel, fue el primero en salir de la placa y continuar en la competencia (al menos un día más). La primera eliminación de la noche fue la de Melina, madre de Lucía Patrone, que se despidió de la casa entre lágrimas y abrazos. Su presencia había sido notoria desde el primer momento, tanto por su carácter afable como por la contención emocional que le brindaba a su hija. Sin embargo, el respaldo del público no fue suficiente para mantenerla dentro de la competencia.
Pocos minutos después, se confirmó la salida de la segunda familiar eliminada: Cecilia, madre de Lourdes Ciccarone. Cuando Santiago del Moro dio vuelta el sobre con su nombre, ella reaccionó con calma, explicando que ella “ya sabía” que iba a ser quien salga.
Con la eliminación de Melina y Cecilia, el grupo de visitantes dentro de la casa quedó reducido a 10 integrantes, quienes continúan compitiendo en la dinámica de aislamiento por el premio que se entregará al último familiar o amigo en salir.
Comentarios: