Normalmente, las personas vemos casos de animales abandonados pero solo nos quedamos con ese momento. ¿Qué sucede después? ¿En algún momento mejoran? ¿Habrán conseguido familia?, entre otras preguntas. Por ello, en esta sección denominada “El amor lo puede todo”, contaremos lo que sucedió después de que estos animales llegaron a la casita de la Fundación ADMA. Hoy contamos la historia de Camilo.
Camilo pasó mucho tiempo sin poder alimentarse, hasta se cree que pudo soltarse del lugar donde había estado atado, tras morder la soga que aún colgaba de su cuello. Luego, a causa de su debilidad, quedó a la vera de la ruta inmóvil esperando ser visible para alguien, o hasta que su corazón soportará y la muerte aliviara su sufrimiento. (como tantos animales que dependen de esos ojos y corazones que entienden de empatía, respeto, segundas oportunidades y sobre todo del amor).
Pero finalmente, el milagro llegó. Una semana después de ser rescatado y ser acogido en ADMA, sintió fuerzas para incorporarse sobre sus patas, y con ayuda de los voluntarios de la Fundación, volver a caminar.
Tras su recuperación (que consistió en alimento, vitaminas, sesiones de veterinarios especialistas), para recuperar la fuerza en sus extremidades, entre otras afecciones, pasaron casi 18 meses. Durante ese tiempo los transitó en la casa de una voluntaria de ADMA que se ofreció a darle cuidado, antes de encontrar su familia definitiva.
“Hoy es feliz en un hogar donde lo cuidan y tratan como uno más, donde no sabemos si recordará la tristeza y dolor de aquellos días, o tal vez si lo hace cuando cada tanto despierta aullando. Lo que sí estamos seguros que nunca más volverá a sentir el abandono ni las consecuencias del mismo, porque tiene una familia, que lo lleva a sus controles veterinarios, que lo cuida y quiere de manera responsable. Desde la voluntaria que lo rescató, todos aquellos que lo cuidaron e hicieron posible que recibiera lo necesario para su recuperación y la familia que lo adoptó, forman parte de esta cadena que a través del amor hacen que hoy Camilo sea feliz”, dijo Carolina Romagnoli, presidenta de la Fundación altagraciense, en diálogo con RESUMEN.
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