
“No depende de nosotros, ni de la Policía. Hicimos prueba ensayo-error para ver los alcances pero evidentemente es un problema de comunicación”, resaltó un alto funcionario judicial a RESUMEN. Explicó además que en los lugares donde no se puede entregar, se coloca una consigna policial para proteger a la víctima.
Lo cierto es que más allá de los recaudos que se tomen sobre el tema, hubo situaciones donde el control policial no alcanzó y las denunciantes afirmaron que el agresor concurría al domicilio, lugar que se convertía en zona liberada.
Estadísticas y realidad
Los números (que en realidad son víctimas) en Alta Gracia de este flagelo indican que hubo 720 hechos de violencia familiar en 2010 y el año pasado esa cifra trepó a 1093 casos, pero solo se realizaron 614 denuncias. Hay que contar además los casos registrados en las pequeñas ciudades del interior donde sorpresivamente son más que en nuestra ciudad.
Sin reglamentación
Más allá de que hubo marchas en todo el país y que las manifestaciones se intensificaron a raíz de las últimas mujeres asesinadas, quienes tienen la posibilidad y las armas para reglamentar un proceso por demás burocrático y arcaico, no hicieron nada al respecto, tanto en nuestra ciudad como en Córdoba capital. Se siguen largos procesos que terminan por cansar a la víctima que opta por no denunciar y arriesgarse a seguir viviendo situaciones críticas y graves.
En Alta Gracia, la opción fue esperar hasta que funcionarios del Legislativo, del Ejecutivo y representantes de diversos organismos se desocuparan de una campaña electoral por demás “pesada” que ocupó horas de sus días y que demoró varios proyectos, entre ellos, el que se relaciona a este tema.
Los huecos
Los agujeros negros siguen existiendo y, al parecer, nadie es responsable. La Policía asegura que solo “controla” el funcionamiento de los dispositivos; la Justicia, en tanto, los recibe de parte del Ministerio Público Fiscal y los aplica a los casos más urgentes.
“Pedí por favor que me dieran un botón antipánico y me dijeron que a Anisacate no llegaba. Me pusieron consigna policial pero no salí más de mi casa porque nadie me garantizaba lo que podía pasar en la calle”, sostuvo una víctima a RESUMEN; mientras el procedimiento sigue en pleno “ajuste”.
En cifras
22
Son los botones antipánico que fueron entregados en la ciudad desde que se implementaron.
3000
son las denuncias que se reciben en el Departamento sobre violencia familiar por año.
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