Durante la mañana de este martes, la Licenciada Florencia Alberich, quien es psicóloga, se comunicó vía telefónica con los estudios de 88.9 FM.
A partir de un diálogo con el equipo de «Todo Pasa», habló de la crianza respetuosa y dio algunos consejos para tener en cuenta: «La crianza respetuosa nos permite revisar y replantear las formas en que criamos y tratamos a los chicos. Muchos fuimos criados desde el autoritarismo, gritos, amenazas, golpes, chirlos. La crianza respetuosa es educación sin violencia, teniendo en cuenta el respeto y la empatía con los chicos. Y cuando ya crecen, se ve el desarrollo de la autonomía, la confianza y la autoestima».
«Uno de los pilares básicos es la variación de las emociones y la comunicación. Mucha gente piensa que la crianza respetuosa significa que no haya límites o hay que dejar que haga lo que se le antoje porque estamos respetando lo que él decida. No tiene nada que ver con eso. Los límites están, pero lo que cambia son las formas de ponerlos y comunicarlos. El límite sirve para estructurarlos y cuidarlos», dijo.
Además, la licenciada aclaró que «Hay una falta de interacción entre los padres y los chicos. La charla de los adultos hacia los chicos se convirtió en un interrogatorio, y ellos no saben cómo contestar a esas preguntas. Hay que aprender a empatizar con los chicos. Cuando nos escuchan a nosotros, empiezan a verbalizar más frases».
«Los chicos criados hoy en día no viven en el mismo entorno que cuando fuimos criados nosotros. Ahora el cerebro de los chicos funciona distinto a lo que nosotros pensamos. Tiene que estar el no en la crianza respetuosa, pero se pone desde otra forma; y también hay consecuencias. Estamos empatizando de otra forma con los chicos, pero no hay que ser permisivos con los chicos», expresó.
Por otro lado, Alberich mencionó que «Cambiamos la gestión del castigo por consecuencia, y va de la mano de la anticipación: empatizar, delimitar y si no se cumple, esta la consecuencia. Si son chicos menores de 5 años, nosotros tenemos que poner el cuerpo; pero si son mayores de 5 años, tengo que ocuparme yo mismo: ponemos la pauta y se cumple. Hay que sostener ese no, los chicos son más vivos que nosotros. La base del límite es sostenerlo. Las cosas que sabemos que no vamos a cumplir, tampoco son recomendables. La consecuencia tiene que ver con la conducta que queremos corregir».
«También se ve la cuestión de querer modificar lo que vivimos en nuestra crianza con los chicos. Tratamos de ir parchando cosas de nuestra infancia en nuestros hijos. Además, se dice que el problema siempre son los chicos y no nosotros. Hay una cuestión en los adultos. Muchas veces, no nos damos cuenta que les enseñamos con el ejemplo. Hay que abocarse un rato sin celular y dedicarse a estar con nuestros hijos. La infancia de los chicos pasa cada vez más rápido», finalizó.
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