Sociedad

Revirtió su vida a pesar del abandono y las dificultades

Nico Díaz trabaja como mozo en un café del centro de la ciudad desde hace 6 meses. Su historia está marcada por el abandono, pero también por una seguidilla de buenos encuentros que, según afirma, le salvaron la vida. “Mi familia me abandonó de chiquito en Buenos Aires, anduve en la calle y hace dos años me vine a la casa de un familiar que tengo por acá, en Anisacate. Con esta persona no pude estar mucho tiempo porque no me quería con ella, así que el 30 de diciembre volví a quedarme sin lugar dónde vivir y solo”, cuenta el joven que hoy estudia, trabaja y asegura tener muchos sueños por cumplir.
Sus comienzos en Alta Gracia fueron duros, pero un programa provincial y el apoyo de las personas que trabajan en él, comenzaron a revertir la historia: “Por intermedio del colegio secundario donde estudio a la noche, conocí el CEDER (Centro de Desarrollo Regional) y a través de ellos ingresé al “Confiamos en Vos” (Programa que se encarga de promover la inclusión social de jóvenes entre 14 y 24 años, en situación de vulnerabilidad laboral, Educativa y Social). Empecé un curso y después las prácticas laborales”, relata el joven mozo; y agrega: “ La verdad que eso me ayudó muchísimo. Estaba solo y esto me encaminó. Ese plan me agarró en uno de mis peores momentos. Yo siempre le digo a las chicas de ahí que ellas fueron las que me salvaron la vida. Me ayudaron, me aconsejaron”, comenta Nico, quien reitera una y otra vez que su vida tuvo un antes y un después del “Confiamos en Vos”.
Docencia al palo
Pero la ayuda y la contención no se limitó al personal del CEDER y se extendió también al ámbito escolar donde las docentes traspasaron los límites de las aulas y se pusieron a trabajar para que Nico tenga nuevamente techo y trabajo; y así fue que ingresó a trabajar en una carpa de Colectividades que allanó el camino con el comercio donde ahora está trabajando: “Las profesoras de la escuela nocturna, me contuvieron, me buscaron dónde vivir, es más, hasta rodé por la casa de algunos de ellos con el riesgo que eso implica para los profes. Se jugaron y me devolvieron la vida porque yo ya no soportaba más otro golpe. Mi familia son todas estas personas que me ayudaron tanto, no sé qué hubiera pasado si no me cruzaba con gente así”, continúa el joven que afirma ser una persona muy estructurada y con mucha voluntad para salir adelante: “Cuando surgió este trabajo me dije, tengo que aprovechar esta nueva oprtunidad que me dio la vida, porque no sé si se me va a cruzar otra”, finalizó quien asegura que terminará el secundario en poco tiempo y extenderá su capacitación un poco más allá.

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