
Mientras se proyectaba la película del Cine Móvil en la Explanada del Museo Liniers, Devalis y Vinceró trabajaban a sala llena y las calles céntricas reventaban de turistas, los artistas a la gorra venidos de San Francisco, Córdoba, hacían su parte rodeados de gente sonriente con sus chistes y malabares.
Junto a ellos, Cecilia del taller «Pintorcitos» daba clases de pintura para niños por diez pesos.
El show comenzó tarde, ya que estaba pactado al mismo horario que el Cine Móvil y sus organizadores temieron no tener público, pero a poco de empezar se vieron rodeados contra el Tajamar por una multitud en puntas de pie que pugnaba por verlos. Agradecieron a la Municipalidad local, al público presente, y seguirán trabajando en la ciudad al menos todo el mes de enero.
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