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Santa María: El 2021 deja condenas ejemplares y otras… no tanto

A nivel judicial, y en el marco de la pandemia, el 2021 fue mucho mas activo que el 2020. Y, en lo que respecta al Departamento Santa María, hubo tres sentencias que sobresalieron fuertemente y causaron gran impacto en la sociedad. Una de ellas, refiere al que para muchos fue el femicidio mas violento que haya ocurrido en la región: el de Aydeé Palavecino. Las otras dos, a condenas que se distinguieron por su peculiaridad y hasta por tratarse de fallos algo inéditos en la historia de la Justicia cordobesa. Aquí un repaso…

Una víctima y un plan macabro…

En octubre, la Cámara 12 del Crimen de la ciudad de Córdoba sentenciaba a la pena de prisión perpetua a Facundo Jiménez (23)- El joven que en junio de 2019 mató a su pareja y madre de su hija de un puntazo en el cuello e hirió a la madre de ésta.

Las audiencias se llevaron a cabo con jurado popular y fueron presenciales. No obstante, Facundo se encontraba en otra sala de Tribunales II y siguió todo el juicio mediante videoconferencia. Hubo desfile de testigos antes de llegar a la sentencia. Sin embargo, desde el inicio parecía tratarse de un simple «trámite judicial», debido a que hablábamos de una persona que estaba imputada por multiples cargos: un homicidio concreto (el de Aydeé) y dos tentantivas (la de su suegra y su hija). Además, estaba acusado de hurto y lesiones calificadas y la carta que la policía le secuestró el dia de la detención, era una prueba cabal de que el plan de Jiménez era mucho mas amplio y cruel: matar a toda la familia de su novia, incluida su hija recién nacida.

La defensa quiso plantear «emoción violenta» y hasta «inimputabilidad», considerando al hecho como un claro «relato salvaje» y hasta retrotrayendo a la famosa película argentina para ejemplificar. Nada hizo que Jiménez- quien por momentos parecía no comprender la gravedad de su situación- le escapara a la pena máxima y así fue. La familia de Aydeé se mostró sensibilizada pero en paz.

Mató a su padrastro en un estado de «emoción violenta»

El 12 de marzo la Justicia condenaba a Maximiliano Bargas a cinco años de prisión. El joven de Barrio Poluyan fue quien en 2019 asesinó a Fabian Romero, su padrastro, de dos disparos en la cabeza mientras éste dormía. Para algunos a Bargas le cabía una sola condena, la perpetua, pues el mismo fiscal de la causa había entendido la alevosía en el crimen al no haberle dado Bargas la posibilidad a su víctima de defenderse. Así mismo, desde el comienzo su imputación fue dudosa y hubo diferencias entre psicologos y psiquitras respecto a si el joven comprendía o no los actos.

Pero la cámara dio lugar al pedido de la defensa: «Él lo mató en un estado de emoción violenta». Las pericias avalaron el trauma que el victimario presentaba desde hacia años y que signaban a su padrastro como el verdadero verdugo de esta historia, por así decirlo, dando por válido que tanto el joven como su madre habían sido víctimas de diferentes tipos de violencia a lo largo de su vida. Siempre sometidos por Romero.

La de Martín Hurtado: una muerte injusta y con una «Justicia injusta»

Martín murió en septiembre de 2019 a causa de las lesiones que sufrió en su cabeza por el fuerte  impacto que una piedra provocó cuando se conducía en motocicleta por calle Catamarca. Al principio, se hablaba de un hecho accidental pero luego se supo que a Martín lo habían atacado de manera intencional y de a poco la verdad salió a la luz.

Sin embargo, los autores del hecho eran dos hermanos menores de edad, por lo que desde que esto se supo se estimó que el pedido de Justicia no llegaría a buen puerto. No a menos al que la familia de Martín esperaba.

Fue así como la condena fue solo para el mayor de los hermanos, alias «meme», quien si bien también es menor de edad, por la Ley de Minoridad es imputable y, desde el día de su aprehensión permanece detenido en un Instituto de Menores. La «Justicia» entendió que era responsable de la muerte de Martín y lo sentenció a la pena de tres años; es decir, uno más de los que ya estuvo aprehendido. Esto, a pesar de que la defensa instó a que el tribunal responsabilizara al menor de los hermanos, «Tito» para que su hermano obtuviera la libertad inmediata.

Bronca, desazón e impotencia, así se resume la sensación que sintió  la familia de Martín, un chico de tan sólo 19 años a quien le arrebataron la vida de manera brutal y «premeditada».

Tres condenas, tres casos y algo de los que deja este 2021 en materia judicial.

 

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