La escritura es un sistema de representación gráfica de un idioma, por medio de signos trazados o grabados sobre un soporte. En tal sentido, la escritura es un modo gráfico específicamente humano de conservar y transmitir información. Como medio de representación, la escritura es una codificación sistemática mediante signos gráficos que permite registrar con gran precisión el lenguaje hablado por medio de signos visuales regularmente dispuestos.
Por su parte, la fotografía es el arte y la técnica de obtener imágenes duraderas debido a la acción de la luz. Es el proceso de proyectar imágenes, capturarlas y plasmarlas, ya sea por medio del fijado en un campo sensible a la luz o por la conversión en señales electrónicas. Basándose en el principio de la cámara oscura, se proyecta una imagen captada por un pequeño agujero sobre una superficie, de tal forma que el tamaño de la imagen queda reducido.
Y en esta oportunidad, ambas artes se combinan para la creación de un libro que será presentado en la ciudad de Alta Gracia. La obra denominada “La intimidad del desarraigo” tendrá su presentación en el museo Estancia Jesuítica, el sábado 5 de octubre a las 11 horas, con entrada libre y gratuita.
Su autora, Cristina Boixadós, dialogó con RESUMEN, donde contó su historia y cómo surgió la idea de esta producción literaria: “Me inicié con mi tesis de licenciatura y luego con la de doctorado en Historia. Una escritura académica, con un cuerpo heurístico clásico de citas y fuentes documentales escritas. A partir de 1995 pude acceder e investigar colecciones de fotografías antiguas y publiqué más de 20 libros, algunos en coautoría, combinando la historia de la ciudad y antiguos testimonios visuales. Pero este libro “La intimidad del desarraigo, entre la magia de la fotografía y las palabras” es distinto, es una narrativa más sensible, más sentida. Recreo desde mi percepción a personas que ya no existen, atravesadas por el arraigo y el desarraigo de fines del siglo XIX y principios del XX”.
“A pesar que ya llevaba 8 años investigando esta historia familiar, en el 2022 llegué al espacio rural suizo de estos inmigrantes que arribaron a Argentina en 1869, y me encontré sin pensar con el bisnieto de uno de ellos, quien me invitó a su casa donde estuve investigando y escuchando historias familiares durante 15 días. A mi regreso continuaba hablando con algunos miembros de esa familia, quienes “me pedían que les escribiera”. Los resucité a través de sus rostros, poses, cartas, tarjetas postales que resguardaron por más de cien años sus descendientes, radicados en Córdoba (Argentina) y en Aranno (un pueblo de 350 habitantes del cantón Ticino, de Suiza)”, dijo.
“A partir de los datos duros de fechas vitales y de viajes de estos inmigrantes y de sus núcleos familiares, escribo “cartas demoradas en el mar” a las personas que pudimos identificar, poner nombres y vivencias. Les devuelvo cierta vida y no permito que mueran por segunda vez. Me detengo en sus extrañezas, en sus tristezas, en sus oficios, en sus formas de arraigarse a la nueva tierra. Las cartas y tarjetas postales preservadas fueron esenciales porque allí comunicaban nacimientos, alegrías, rivalidades, enfermedades y melancolía”.
Además, Cristina mencionó que “A través de los documentos escritos y visuales llego a conocer y recrear la intimidad de cuatro familias y sus descendientes. Una intimidad fragmentada y atravesada por un océano, por cartas y por fotografías que hablan del desarraigo, de la extrañeza, pero también de las formas del arraigo, cómo se aquerenciaron o no. Es una intimidad atravesada por el extrañamiento y la fotografía. Técnica con la que Pedro Righetti pudo canalizar el extrañar su tierra y mantener unido su grupo familiar, al decir de Pierre Bourdieu. El condimento me lo brindaron los documentos, los decires, los rumores que escuché aquí en Córdoba como en Aranno”.
“A pesar que la colección proviene de las calles de Córdoba, y por lo tanto eran negativos anónimos, pudimos identificar familias, oficios y nombres. Gracias a una exposición de grandes dimensiones en el bosque del Valle del Malcantone y la presentación de este libro en el Museo de Curio (Suiza) aparecieron, en manos de otro descendiente, otros 500 negativos de vidrio y las cámaras usadas por el fotógrafo familiar. A pesar de que nada fue planificado pudimos llegar a Suiza y completar dudas y preguntas. Qué gracias a un trabajo en equipo están en puerta dos películas en base a estas fotografías. Qué gracias a la pasión de todas y de todos, que colaboraron en los distintos momentos, se puede mover montañas, qué la pasión vence la ignorancia y la descalificación con que nuestros gobernantes atacan el arte y la cultura”, expresó la escritora.
Con esta obra, la artista busca tomar conciencia de la importancia del resguardo de los documentos escritos y/ o gráficos. Que todo acervo recrea una historia menor, pero que hace a la Historia con mayúscula. La memoria familiar que ella reconstruye ahora es una historia singular y particular, pero cuenta algo más de las tantas historias de inmigrantes que hicieron la América, puntualmente en Córdoba y en Rosario.
“El libro ya lo he presentado en la ciudad capital, ahora lo presento en Alta Gracia, porque aquí y en este Museo se dieron ciertos lazos para que los negativos de vidrio llegaran a mis manos”, aclaró. “Todos podemos escribir nuestra propia historia a partir de documentos, decires, fotografías. Que las cuiden, que las preserven en las mejores condiciones y que cuando piensen en tirar fotografías lo piensen dos veces, que hay lugares institucionales que la reciben”, aconsejó Boixadós.
Para conseguir el libro, Cristina dijo que los interesados le pueden escribir a su correo [email protected] o bien, lo pueden adquirir en las siguientes librerías: Quade, Librería del Palacio, Librería de la Universidad Católica, La librería de la calle Lavalleja 29, Blackpool, Rubén Libros, Amerindia, Hora Libre de la ciudad de Alta Gracia, El Espejo, Museo Tejeda, El Mundo del Libro.
Comentarios: