Olga era exdocente, estaba jubilada y decenas de vecinos hablaban del calvario que vivía desde hace años. Morir en manos de su propio hijo; impensado para muchos pero predecible para aquellos que no miraron al costado, cuando la Justicia sí lo hizo.
El testimonio de la última persona que la vio con vida y alertó sobre lo que estaba sucediendo realmente hiela la sangre. Magdalena – como otras tantos vecinos- sabía que Olga era víctima de violencia por parte de su hijo y también sabía que- a pesar de pedir ayuda en varias oportunidades- la mujer nunca lo había denunciado por temor y sometimiento.
«Ese día (en referencia al miércoles 3 de enero) se empezaron a escuchar gritos por la mañana, el llanto de la señora como casi siempre, sale el hijo, se va, sale ella y cuando la vi me agarró una cosa horrible en el pecho. Ella tenia el pelo cortado o arrancado, por lo que yo vi, eso fue a la mañana, salió como siempre caminando pero esta vez con unas ojotas, no con tacos como lo hacia siempre. Y va llegando a mitad de la calle, yo la miraba y a la vez la deje de ver porque me daba cuenta que se tocaba la cabeza, no la miré mas y esperé a que pasara, ella no pasó, se volvió, lo que vi atrás de su cabeza no fue nada bueno ni nada lindo, atiné a llamar a la policía, comentarle lo que había visto», inició la joven, quien realizó un descargo en las redes sociales totalmente devastada.
Esa fue la última vez que tanto la denunciante como los vecinos de la zona, vieron a Olga con vida. Al dia siguiente y a pesar de que esta vecina había llamado dos veces a la policía el dia anterior, la mujer se da con consigna policial en el lugar y la noticia de que la víctima estaba internada en terapia intensiva por la golpiza que había recibido por parte de su hijo. Para entonces, el agresor no estaba detenido sino solo imputado por lesiones.
Sobre el matricida
Los pocos amigos con los que Marcos se mostraba en los múltiples perfiles de facebook, lo describen como alguien «reservado» y hasta «enigmático». Un fanático de los fierros que mostraba tener «una buena relación con su madre» a pesar de todo lo que los vecinos dijeron.
«Él no saludaba a nadie, siempre mirando mal a la gente porque todos sabíamos lo que le hacía vivir a esa mujer, pero ella no lo denunciaba», coincidieron algunos vecinos ante RESUMEN. Asimismo, hubo quienes lo describieron como «alguien solitario y sufrido».
Hace unos pocos meses, Olga llegó «a los llantos» a la casa de una vecina de su barrio. «Estaba toda golpeada, hasta con sangre en la cara, me dijo que su hijo le había pegado borracho y le pedí que fuéramos a la policía. Ella se negó todo el tiempo, tampoco quiso ir al hospital, me decía que su hijo «estaba enfermo pero que en realidad no era malo», también me dijo que no era la primera vez que le pegaba pero que si lo denunciaba y lo liberaban después iba a ser peor para ella», contó María, a RESUMEN, una de las tantas vecinas que auxilió a Olga y que a pesar de la negativa de la mujer de reportar el caso a la policía, hizo un alerta por sus propios medios.
«Olga siempre estaba sola, si hablaba con alguien él se enojaba o lo miraba mal y para evitar problemas siempre prefería estar sola, la verdad no sabemos si tienen familia en otro lugar y si no se daban cuenta de eso», agregó otro de los vecinos del lugar.
Sobre el caso en la Justicia, se sabe que la fiscalía actuó en oficio ante el alerta policial y de los profesionales de salud y, respecto a la condición psíquica del homicida aún aguadan las pericias que determinarán si comprendía los actos y/o presenta algun desequilibrio que le impida enfrentar cargos.
Actualmente, la imputación es por Homicidio doblemente calificado por el vínculo y violencia de género».








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