Cultura

“No es descabellado pensar en túneles hacia Córdoba”

¿Para qué horadar la tierra?
Dentro de las hipótesis manejadas está la leyenda que dice que los túneles conectarían a la ciudad del Tajamar con la Manzana de las luces en Córdoba. Sin embargo, el grupo de Speleo Tunel, que ya ha trabajado investigando en otras Estancias de la Provincia, tiene otra idea: “Pensamos que de existir esos túneles podrían conectarse con los antiguos Puestos de vigilancia permitiendo un escape rápido. No sé si llegarían hasta Córdoba, o si son de la época jesuítica; hoy estarían tapados por el crecimiento de la ciudad”. De esos puestos solo se ha descubierto uno, por trabajos del historiador local Augusto Piccon (Puesto de López). Muchos estaban cuidados por esclavos negros que cultivaban la tierra circundante y podrían servir para escape de un posible ataque aborigen. Mintras los guías turísticos de la Estancia afirman que los túneles llegan hasta el Tajamar, el grupo de speleólogos aficionados busca apoyo del Estado para investigar: “La Unesco te pone tiempos y de hecho muchas cosas que están en la superficie quedaron fuera de la Declaración de Patrimonio de la Humanidad (Estancia de La Calera, Quinta de Santa Ana, entre otros), mucho más lo que nunca se ha investigado bajo tierra”, concluyó Tissera quien pide investigar antes de que los derrumbes y el progreso se devoren la historia.

El otro misterio: El Tesoro Jesuita
En julio de 1767 las tropas a cargo de Don Fernando Fabro, con órdenes de la Junta de Temporalidades, tomaron las instalaciones de los jesuitas en Córdoba. No encontraron oro ni plata, nada de valor comercial en una Orden que proveía mulas y ganado a las minas de plata del Potosí. Solo ganado y 300 esclavos que fueron vendidos, separando a familias enteras. También muchos libros, que fueron quemados. Allí nació otra de las leyendas de la Orden en Córdoba: “Los Jesuitas estaban avisados de que desde el norte los venían echando de todas las reducciones. ¿Qué pasó con todo lo que tenían?, ni una cuchara de plata encontraron los españoles. Para mí lo escondieron en algún lugar seguro”, afirma Augusto Piccon. Un testigo privilegiado fue el entonces alumno del Colegio Máximo (hoy Monserrat) y luego integrante de las Juntas de Mayo, el Deán Gregorio Funes.

Ver la primera parte de la nota en este enlace:

Túneles Jesuíticos: caminando entre leyendas e historias

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