
El sacerdote jesuita Ángel Rossi recibió ayer por la tarde la consagración episcopal durante una ceremonia que se llevó a cabo en la explanada de la Iglesia Catedral. El arzobispo saliente, Carlos Ñáñez, fue el consagrante principal, acompañado por Monseñor José Ángel Rovai, obispo emérito de Villa María y los tres obispos jesuitas que trabajan en la Iglesia argentina: Hugo Salaverri, obispo de Azul; Ernesto Giobando, auxiliar de Buenos Aires, y el obispo de Lomas de Zamora, Jorge Lugones
Ñáñez sucedió hace 23 años al cardenal Raúl Francisco Primatesta al frente del arzobispado de Córdoba. Este año solicitó su retiro al papa Francisco al cumplir 75 años. En la ceremonia, Rossi asumió como arzobispo de Córdoba, jurisdicción eclesiástica que abarca la ciudad capital, el Gran Córdoba y algunas parroquias de departamentos vecinos. La ordenación episcopal, incluyó la imposición de manos, la oración consecratoria, la unción con Crisma y la entrega de los símbolos propios de los obispos, como el anillo, la mitra y el báculo pastoral.
De la emotiva consagración también participaron fieles y autoridades provinciales, como el Gobernador, Juan Schiaretti, junto a su esposa, la Senadora Alejandra Vigo, el Intendente de Córdoba Capital, Martín Llaryora y los Senadores Nacionales Luis Juez y Carmen Álvarez Rivero. “Lo estamos viviendo con una gran emoción. Tenemos un nuevo arzobispo que es una persona afable y estoy convencido de que va a hacer una gran labor pastoral. Esperamos trabajar junto al nuevo arzobispo porque la religión católica es muy representativa de nuestra Córdoba, así como trabajamos con todas las religiones”, dijo Schiaretti a Cadena 3.
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