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Cero empatía: Gabriela y su lucha para que no obstruyan la rampa de su hijo

El pedido de Gabriela tiene que ver con empatía; ni más ni menos, pero también con la necesidad de la responsabilidad de hacer cumplir las normas a quienes no lo hacen.

Desde hace años, está vecina de Villa Parque Santa Ana viene padeciendo el atropello por parte de quienes constantemente bloquean la rampa de acceso a la escuela de su hijo con discapacidad, pero también por quienes tienen la obligación de hacer respetar ese paso y hacen oídos sordos.

«Es una situación que viene pasando desde el año pasado y que involucra a mí hijo de 8 años. En Santa Ana hace pocos empezaron a poner rampas, yo las exigí porque el tiene discapacidad motriz y era muy frustrante para mi hijo que  no haya. Incluso hace poquito pusieron una en la entrada de un kiosco frente a la escuela y cuando mi hijo la vio fue lo mejor que le pasó. Es todo para el, es su movilidad», inició la mujer, en referencia a la situación de Jeremías de 8 años de edad.

Gabriela recordó un episodio vivido el 3 de marzo del 2022 y que, de alguna manera, resumen lo que viene sucediendo hasta el día de la fecha: el constante bloqueo de la rampa de la escuela por parte de automovilistas cero empáticos.

«»Ese día iba llegaba con mi hijo a la escuela y no pudimos entrar porque habia un auto estacionado. La conductora se bajó, hizo todo lo que tenia que hacer en la escuela y después se fue; mientras tanto mí hijo estaba allí esperando con su silla y sus compañeros ya estaban firmando. Lo que hice fue ir a buscar a la inspectora de tránsito para preguntarle porque ese auto había estado ahí y pedirle que le hiciera el acta de infracción. Ella fue muy mal educada conmigo y se me reía; me dijo que iba a hacer la multa pero después fui a preguntar al Municipio y me doy con que nunca la había hecho. A todo esto, despues de ese vehículo hubo otros dos autos que estacionaron frente a la rampa como si nada y nadie les dijo nada», contó indignada Gabriela sobre el episodio que lleva más de un año.

En diciembre de 2022, según la denunciante, fue nada más y nada menos que la conductora de una tráfic escolar la que se estacionó donde no debía, impidiendo nuevamente que el hijo de Gabriela pidiera entrar a su escuela.

«Ese día tuvimos un altercado con la inspectora. Solo les pedí un poco de empatía y otra vez está mujer-en referencia a la empleada municipal- se me río en la cara. Nadie multó a esta conductora, entonces me dirigí a la Municipalidad para que me dieran respuestas pero nadie lo hizo», añadió.

Un intento de multa por «estacionamiento indebido», la gota que rebalsó el vaso.

Lo que ocurrió el pasado 28 de julio parece una paradoja. La mujer casi fue multada a las afueras de la escuela por «mal estacionamiento» a pesar de que no tenía donde hacerlo y contaba con cierto permiso del Municipio.

«Fue a buscar a mí hijo a la escuela, me estacioné en Av Brochero correctamente pero bajé a buscar a las inspectoras para preguntarles dónde podía estacionar mejor para que mí hijo pueda subir bien. La zona estaba en obras, las calles, entonces se dificultaba el acceso. Pero a pesar de que eran las 17:45 no había ninguna inspectora y yo no sabía que hacer, yo necesitaba estacionar cerca de la rampa para poder bajar a mí hijo pero no había nadie», inició Gabriela y continuó:

Finalmente paré  mi auto al lado de una baranda con las que cierran el establecimiento, porque no sabia como se abrían esas barandas, pensaba en los otros niños, si entraba con el auto ahi me iba a costar salir o tenia que esperar a que todos los niños salgan. Dejé el vehículo al lado de las barandas cerquita de una rampa y de repente veo que llegaban las inspectoras y buscaban multarme. Esta mujer -en referencia a otra inspectora -venia muy enojada y de muy mala manera me dijo ‘hace tres años que venís a la escuela y todavía no sabes estacionar’, a lo que le respondí ‘y si vos sabés que no hay forma de sacar a mí hijo por otro lado’. Hubo una discusión, su compañero le decía que la acabara, que yo tenía razón pero ella seguía increpando me e incluso llamó a su superior para contarle esto y el encargado le confirmó que yo no estaba en infracción. Está mujer me seguía discutiendo teniendo a mí hijo adentro del auto, tuve que cerrar la ventanilla y salir. No podía creer lo que estaba pasando», añadió.

La «respuesta» del Municipio

Tras el violento episodio, la mamá volvió al Municipio a pedir explicaciones pero lejos de encontrar una respuesta positiva, se topó con otra situación de «poca amabilidad».

«Yo hablé con el señor Miguel Ramirez que es quien maneja a las inspectoras, les dije la situación, que no era la primera vez, que yo estaba autorizada a bajar a mi hijo ahi y este hombre me dijo que me entendía pero no me supo dar una respuesta. Le dije que necesitaba que vieramos las camaras para que vea como habia sido el hecho y me dijo que no estaba autorizado a eso por parte de la Policía, pero después hablé con el Sr Luis Becker- Intendente de la localidad- quien me dijo que las cámaras estaban rotas. Entonces, ¿Quién me miente?», sostuvo la vecina a quien no le quedó mas opción que hacer una exposición policial.

«La respuesta del Intendente fue que yo era la única que me quejaba de las inspectoras. Y claro le dije, mí hijo es el único con discapacidad motriz en el pueblo y yo tengo que hacer valer sus derechos. ¿Es tan difícil de entenderlo?».

«Quiero que esto se haga público y que no siga sucediendo. Están jugando con mí hijo, se están riendo de un niño», culminó.

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