
Durante la última etapa del gobierno radical se puso en marcha un proyecto a cargo de los arquitectos Santiago Tissot, Juan Salassa e Ivan Castañeda para enmarcar el predio de la antigua planta potabilizadora en una plaza.
La presentación remarcaba: “El proyecto plantea convertir este espacio en una plaza pública de escala barrial y urbana, rescatando la imagen y la historia del lugar como patrimonio urbano, convirtiendo al predio en un lugar propicio para el ocio, el esparcimiento y recreación. Se propone la reforestación del predio con especies autóctonas, un nuevo sistema de alumbrado público que le otorgue seguridad a las personas y a los bienes del sector, como así también jerarquizar el proyecto convenientemente”.
La idea quedó en stand by durante algunos meses y hace alrededor de 30 días la Secretaría de Obras Públicas de la Municipalidad decidió ponerla en marcha.
El proyecto deberá esperar ahora por su ejecución debido a que la Municipalidad planea realizar una réplica de la construcción derrumbada, tras la destrucción que sufrió el pasado fin de semana de parte de Daniel Luque, hijo del ex funcionario municipal.
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