Hace pocos días y ante la burocracia y falta de respuesta judicial, una adolescente de 15 años decidió contar a través de las redes sociales la desagradable experiencia que le tocó vivir hace menos de un año cuando su propio padre abusó sexualmente de ella.
Ocho meses después de aquel hecho que marcaría su vida para siempre, Yamila explotó emocionalmente y decidió contárselo a Claudia, su madre, quien desde hacia tiempo había notado que su hija ya no era la misma. Tras esto y ese mismo 12 de diciembre de 2019, ambas fueron a la fiscalía local y radicaron la denuncia correspondiente. Denuncia que hasta el momento sólo derivó en una imputación ya que el acusado sigue viviendo su vida «como si nada».
Su padre, su enemigo
En una entrevista abierta con RESUMEN, Yamila, quien hoy tiene 15 años, recuerda paso a paso lo que ocurrió aquel día y como fueron sus días desde entonces.
«Fue en abril o a principios de mayo del año pasado, en mi casa. Eran como a las 12 del mediodía, yo estaba descompuesta y llegó él; había terminado de ver una película, comí y me fui a acostar. Mi mamá se había ido a comprar. Al rato siento que alguien se acuesta en la cama de abajo, era una cama marinera, pero yo no le di bola porque era mi papá y siendo mi papá supuestamente no me iba a pasar nada», inició el relato de l joven víctima quien dijo que de repente comenzó a sentir que éste la tocaba por encima de las ropas.
«Me desperté y le digo que onda que haces loco». No dijo nada. Yo cerré los ojos para seguir durmiendo y ahí siento que de nuevo me empieza tocar, pero esta vez puso sus asquerosas manos por debajo de mi ropa. Quise levantarme para irme y gritar y él me tuvo a la fuerza mientras me callaba y me tocaba, hasta que pude escaparme, salí de la pieza y él me siguió y me agarró por detrás. Me empezó a tocar de nuevo y cuando quiso bajarme el pantalón llegó mi mama con mis hermanos y mi abuela. Él me dijo no vas a decir nada porque no te van a creer. Que era su palabra contra la mía y así fue, yo no dije nada».
Un antes y un después…
Los meses siguientes no fueron fáciles. Yamila comenzó a aislarse y a demostrar odio hacia su padre- quien cabe destacar, no vivía en la casa sino que estaba separado de su madre desde hacía bastante tiempo aunque mantenían un buen vínculo. «Ella había cambiado su forma de ser. Tampoco ellos nunca tuvieron una relación de padre a hija, ella siempre sintió que la rechazaba aunque a su hermana no, solo a ella. Entonces me doy cuenta que había cambiado porque ella era toda felicidad, reía, cantaba, bailaba y de un día para el otro cambió», añadió Claudia al relato de su hija quien el 12 de diciembre y ante la insistencia de su madre decidió confesar lo que le había sucedido.
«Nunca me hubiese imaginado eso. Ese fue uno de los peores dias de mi vida», dijo la mujer quien junto a su hija fueron a denunciar al hombre.
Sentir alivio
Yamila aseguró que sintió alivio cuando pudo contar lo que todos esos meses la había atormentado pero, a pesar de la denuncia y de las medidas de restricción que pusieron para el hombre, éste las infringió una y otra vez con total impunidad. «Cuatro veces debí llamar a la policía porque pasaba burlándose por frente de casa y nunca le hicieron nada. A mi hija la Justicia jamás le puso una ayuda psicológica o le otorgó un botón antipánico y hoy por hoy tampoco nos dicen cómo va la causa. Sabemos sólo que está imputado pero sigue haciendo una vida normal», afirmó Claudia.
Esperar que se haga Justicia
«Que esté preso no va a cambiar lo que yo pasé con él pero si lo conté y lo hice público es porque no quiero que quede en la nada. Quiero que se haga Justicia y pague por lo que hizo«, culminó Yamila quien actualmente utiliza el apellido de su madre y espera en algún tiempo no tan lejano poder retirarse de manera definitiva de su identidad el de su padre, su abusador.
(Si sos víctima de abuso sexual animate y denunciá al 144 las 24 hs los 365 días del año)
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