Editorial

Cuando los fracasos se festejan

En un “emotivo” acto los representantes de los partidos mayoritarios de la provincia, festejaron el cumpleaños número 30 del sistema aliementario Paicor.

El actual gobernador de la provincia, José Manuel de la Sota y el histórico radical Eduardo César Angeloz pusieron un extraño marco de fiesta a un aniversario por demás doloroso: el cumpleaños de la pobreza y la decadencia institucional de la provincia.

En innumerables oportunidades hemos reclamado políticas de estado capaces de trascender cualquier bandera política y enaltecer el desarrollo de los ciudadanos, a parecer, no se entendió.

El Paicor nació con la intención de palear necesidades básicas de pobladores que no encontraban respuestas ni cabida en ningún espacio. Alimentar y cobijar aquellos niños y adolescentes que necesitaban asistencia elemental y que no podían ser atendidas en sus domicilios ¿Porqué? Porque el sistema los mantiene literalmente fuera y, al parecer, lejos de toda posibilidad de integrarse. ¿Fatalista? no, realista y muy actual. ¿Prioridades erradas? Evidentemente fue y sigue siendo así.

Vivimos insertos en un sistema que no reconoce la educación y las fuentes de trabajo como ejes elementales de una sociedad que busca progresar.

En el año 2014 aún luchamos con los edificios escolares en estado de total abandono, los salarios debajo de la línea de pobreza y las posibilidades laborales limitadas. Sin embargo nuestros representantes montan un show mediático donde centenares de niños deben posar para las cámaras mientras reciben un vaso de leche y un trozo de pan. Al parecer lo que interesa son los niveles de audiencia, ¿no? y la necesidad de establecer y mostrar dirigentes “abiertos” y capaces de reconocer los “logros” en aquellos oponentes que aún dan pelea, aunque no sea de manera personal.

¿Y por casa cómo andamos?
En nuestra ciudad las cosas no son muy diferentes. El Concejo Deliberante se ha transformado en una lucha de titanes donde, lejos de establecer un ambiente óptimo en el que se puedan plasmar los reales problemas que tiene la ciudad, se observan chicanas, espacios cerrados donde prevalece la obstrucción de la palabra y el debate, fuente de la riqueza democrática, prácticamente ha desaparecido.

¿Realmente pensarán que los ciudadanos podrán y querrán ocupar un minuto de su tiempo para observar tan pobre escenario? Evidentemente deben tener claro que no es así. Esto queda por demás evidenciado en cada sesión, donde los únicos presentes son los actores de la comedia.

Estamos en un año pre electoral, en al autopista de candidatos que serán los encargados de representarnos en el 2015. La sabiduría debería manifestarse en planes de acción, proyectos estructurales y a largo plazo, acercamiento “real” con el ciudadano y sus problemáticas y entereza para aceptar y reformar aquellos errores del pasado. ¿Utopía? Esperemos que no.

Mientras los actuales dirigentes se esfuerzan por perpetrarse en el poder y la histórica oposición mira la letra chica de los contratos, hay personas que esperan un cambio. Albert Einstein decía: “la mente es como un paracaídas, sólo funciona si se abre”… ¿y si de una vez por todas accionamos el pilotillo?

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