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Día del niño: las dos caras de realidades contrapuestas

Mientras algunos padres buscan precios y otros hasta siguen tras las marcas de renombre; algunos vecinos apelan a la donación de un muñequito en buen estado para regalarle al pequeño que menos tiene.

Los niños no entienden de bolsillos flacos, inflación, dólar o una elección de presidente que puede cambiar el rumbo económico de un país. A veces, la seducción marketinera que ejercen las publicidades, programas de televisión o los mismos compañeritos, genera un deseo más fuerte que la billetera de papá, mamá o los abuelos.
No obstante, los altagracienses deciden ponerse la camiseta del «10», y optan por cumplir los caprichos más ambiciosos de los hijos, nietos o sobrinos. Comerciantes locales admiten que si bien el movimiento previo al día del niño es aún muy tranquilo, algunas de las ventas que se están realizando son de juguetes que superan los cinco mil pesos.

A diez días del día del niño, las ventas vienen bastante bien. Por lo general se activan más tres días antes de ese domingo”, expresaron desde el comercio “Tierra de Juguetes” a este medio.
El movimiento económico se espera fuerte durante esta semana y los días previos al día del niño. La mayoría de los comercios del rubro abrirán de corrido el sábado y la mañana del domingo 17. «Se viene vendiendo lo justo: la gente pasa, mira precios y busca específicamente lo que piden los chicos, es más o menos el mismo movimiento que el año pasado. Por ahora, buscan los juguetes más caros» admite Natalia Bordenave, encargada del local comercial «Wishful», ubicado en el centro de la ciudad.

Desde «Tierra de Juguetes», expresan que las formas de pago están siendo variadas, a la hora de comprar, no hay preferencia de uso sobre un método específico, hay movimiento tanto de efectivo, como de crédito y débito. Los comercios para fomentar las ventas, utilizan planes de financiamiento que, desde principios de julio, se implementan todos los días: Ahora 3, 6, 12 y 18 cuotas.
No obstante, mientras que los vecinos deciden jugársela por un juguete costoso para satisfacer los caprichosos deseos de los más pequeños; se hace visible una brecha, incluso más dolorosa en cuanto a infancia se trata. Es sabido que durante el mes de agosto, generalmente merenderos, asociaciones civiles y particulares deciden abandonar la zona de confort y emprender una cruzada solidaria para homenajear a los pequeños recolectando juguetes, golosinas, globos e incluso comida para agasajarlos con una merienda.

La paradoja de estas dos realidades: la de padres comprando juguetes costosos, y la de vecinos pidiendo una donación de un muñequito en buen estado para regalarle al pequeño que menos tiene. Un caso en particular digno de mencionar es la iniciativa del Centro Vecinal de Parque Virrey Este para ayudar a los más pequeños. “Entre todos podemos regalarles sonrisas a nuestros niños”, rezaba la campaña de los vecinos, que se habían organizado un mes antes del Día del Niño, para agasajar a los más chiquitos del barrio. Ante la falta de donación de muñecos, decidieron que mejor vendría bien un “trueque». Laura Daer, representante del Centro Vecinal, comenta: “La iniciativa comenzó en un almuerzo en familia. Allí salió la idea de cambiar un juguete por algo, y ya que varios conocíamos peluqueros les preguntamos si podían sumarse y a todos los pareció buena la idea”. Así nació la movida: Un corte por un juguete. “La decisión la tomamos porque no teníamos nada recaudado de juguetes y en la situación que vive el país hoy en día nadie puede donar nada”, explicaba Daer.

Atravesamos como país una grieta política, social y económica. Si bien es lógico que un padre le quiera dar lo mejor a sus hijos, nada como una buena enseñanza de valores, como la solidaridad, para regalarles en su día. Al fin y al cabo, es una lección que durará mucho más que un juguete.

 

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