Sociedad

En Alta Gracia, cada vez más adultos estudian distintas lenguas

Saber inglés es tan necesario como manejar cálculos matemáticos básicos o poder comprender textos en castellano. Indiscutido como idioma global, el inglés ya no representa un plus sino que es un imperativo: una herramienta, sin la que es mucho más difícil insertarse en el mercado laboral, pero también viajar o navegar en Internet. Mientras las escuelas consolidan la enseñanza de esta segunda lengua desde primer grado, en la Argentina cada vez más personas eligen aprender también un tercer idioma.

En Alta Gracia, en los últimos años, este fenómeno se vio reflejado tanto en la demanda, así como, afortunadamente, en la oferta, por lo que quienes deseen estudiar francés, italiano o portugués, en varios casos con profesores nativos, no tienen que viajar a Córdoba. La tendencia a estudiar dos idiomas a la vez va en aumento y es cada vez más importante la cantidad de personas mayores de 50 años que, por una cuestión cultural y para mantenerse activas, deciden estudiar una o dos lenguas.

Resumen dialogó con Suny Guereschi, titular y directora de Oxford Institute, una de las academias más prestigiosa de la ciudad, que actualmente brinda cursos de tres idiomas de todos niveles a unas 400 personas, entre adultos y niños.

“La gente que se acerca buscando otro idioma lo hace más por un tema de gusto, por eso se forman grupos muy lindos porque están unidos esa búsqueda de un entretenimiento”, explica Suny. En un curso, sin embargo, no se aprende sólo el idioma en sí, como si fuera algo separado de sus contextos, sino que los alumnos buscan también conocer cultura en general y todo lo que pueda hacerles pensar que hay un lazo común.

Suny confirma que aumentó no solo la demanda de idiomas sino también la cantidad de adultos y adultos mayores que se acercan a las lenguas extranjeras y con respecto a los desafíos de brindarles enseñanza, afirma: “El adulto se frustra más que el niño, tiende a traducirlo y esa es la primera barrera. Pide más explicaciones y a la vez siente más hostil a la estructura gramatical”.

Sobre las razones que impulsan a vecinos de más de 50 años, a invertir el tiempo en aprender idiomas, Suny aclara que “no se trata simplemente de un hobbie, un idioma es algo que mueve las neuronas, por eso hay mucha gente grande que busca este desafío para ejercitar y además con el horizonte de poder viajar y manejarse en forma autónoma.”

Esta teoría es confirmada por la Lic. Ivana Rossi, psicóloga de nuestra ciudad, que aclara que “estudiar un idioma, hacer un taller literario, son actividades recomendadas para las personas de la Tercera Edad para favorecer el uso de las capacidades intelectuales y el ejercitamiento cerebral. El aprendizaje de un idioma favorece «el aceitamiento neuronal» impidiendo así que se rigidice nuestro cerebro”. Pero esto se aplica también a los niños en cuanto “en el aprendizaje de un idioma a temprana edad acelera el proceso de formación de su pensamiento Lógico y Formal. Además de incorporarlo de una manera natural y espontánea al igual que la lengua materna”, concluye Rossi.

Es decir, que más allá entonces, del placer o de la necesitad, no se trata, sólo de incorporar nuevos conocimientos, adquirir mayor apertura social, sino sobre todo fortalecer y ejercitar todo nuestro sistema neural y evitar de esa manera la rigidez del cerebro.

Italiano, francés y portugués: los idiomas que más seducen
Los tres idiomas, junto con el rumano, el catalán y el castellano, forman parte del conjunto de las lenguas romances que tienen su origen en el latín. Más allá de las similitudes fonéticas y gramaticales, a menudo son los más elegidos por las afinidades culturales o por la nostalgía del orígen familiar.

Portugués
Considerando que el grado de similitud léxica entre el español y el portugués es del 89%, podría decirse que se trata del idioma más fácil de aprender para los hispanoparlantes. En término laborales, también es una de las lenguas más requeridas, por lo que cada vez más, se incluye en la curricula escolar. Además, la probabilidad de viajar a Brasil, o de encontrarse con un un turista brasilero, hacen que sea uno de los idiomas más actactivos.

Italiano
El italiano es muy fácil de leer y entender por quienes hablamos español, salvo por algunos fonemas. Sin embargo, presenta varias dificultades, en cuanto a la estructura sintáctica, que son mitigadas para la entendibilidad mutua de vocabulario. La mayoría de las palabras en italiano terminan en vocales. Eso favorece el “cantito”, palabras que parecen enganchadas unas con la otras, por la falta de separación fonética. Muchos eligen a este idioma por cuestiones afectivas, debidas a sus ancestros.
En el castellano de Argentina, se encuentran muchos modismos del italiano, sobre todo el el “lunfardo” porteño.

Francés
El francés también es una lengua romance, que comparte formas verbales con el español. La pronunciación es un poco más difícil, debido a la gran cantidad de sonidos nasales y guturales.
Al igual que con italiano y portugués, el vocabulario derivado del latín se vuelve fácil para los hispanoparlantes. El sonido fascinante, el legado de la cultura francesa tanto en el arte, así como en la literatura, acercan a muchos curiosos, que sueñan con poder hablar como un perfecto “parisienne”.

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