Normalmente, las personas vemos casos de animales abandonados pero solo nos quedamos con ese momento. ¿Qué sucede después? ¿En algún momento mejoran? ¿Habrán conseguido familia?, entre otras preguntas. Por ello, en esta nueva sección denominada “El amor lo puede todo”, contaremos lo que sucedió después de que estos animales llegaron a la casita de la Fundación ADMA. Hoy contamos la historia de Dino.
Dino es un perro de no más de un año que ingresó a la casita de ADMA en junio de 2022. Esta situación se dio a partir de que una mujer lo llevó amenazando con tirarlo o tratarlo por allí, según testigos del hecho. A pesar del trabajo, está lejos de recibir a todo animal que los demás no puedan o quieran resguardar.
Una voluntaria de ADMA trasladó a Dino, como lo bautizaron, al veterinario, quien lo revisó y le informó al personal de la Fundación que el animalito presentaba caquexia, una extrema desnutrición. Por lo que la recomendación del profesional fue que comenzará a comer con un buen alimento y suplemento nutritivo.
Días más tarde, la vida de Dino daría un giro fundamental, ya que fue recibido por otra voluntaria de ADMA en hogar de tránsito.
Como se sabe, ADMA no es un refugio y solo puede contener los animales conforme a los hogares de tránsito que van desarrollando. En este hogar, Dino estuvo no solo recuperándose físicamente sino que también estuvo acompañado de otros perros. Esto le permitió socializar y recuperarse del maltrato y el abandono sufrido, vaya a saber cuántas veces.
Finalmente, gracias al trabajo, el amor y recursos de varios voluntarios de ADMA, la asistencia profesional, las emociones encontradas, etc.; esta historia tuvo su final feliz.
A más de 3 meses de haber sido abandonado en la casita de la ciudad de Alta Gracia Dino fue elegido y adoptado por una familia. Hoy en día, podemos asegurar, tanto de parte de los voluntarios de la Fundación como su nueva familia, que es un animal feliz (hasta cuenta con un hermano gatuno).
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