Política

El PRO fusionado: Estrategia para no morir en el olvido

El PRO, partido fundado por Mauricio Macri en la primera década del 2000 que lo llevó a la Jefatura de Gobierno porteño tras suspender su política personal futbolera en el Club Atlético Boca Juniors, hoy atraviesa una crisis identitaria que lo ha marginado a un lugar de escaso protagonismo por ser abrojo de líderes fuertes en su ideología y afianzados en el poder.

En la Nación, la mitad de los amarillos forma parte del oficialismo apoyando al gobierno del presidente Milei y levantando la mano en el Congreso sin condicionamientos ante las dos recientes iniciativas del libertario. En ese mismo Congreso, no se sabe con exactitud quien es el referente máximo de los bloques PRO ya que en el Senado hasta tomaron la decisión de recurrir al extrapartidario Luis Juez para que oficie de Presidente de su bancada. Algo inaudito para el partido que supo dirigir el destino de los argentinos.

La otra mitad de los PRO, aún reivindican la figura del ex Jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta quien desde su cuenta de X posa de opositor a Milei y tiene hasta bancada propia en Diputados por fuera del armado partidario. La Ministra de Seguridad Bullrich ya llamó a internas para renovar autoridades partidarias y Macri mandó a sus abanderados a realizar el «operativo clamor» para retornar a manejar su sello. Al mejor estilo peronista.

Pero más allá de los pasillos del partido, Javier Milei ya hizo filtrar su interés de fusionar su alianza La Libertad Avanza con el PRO: Luego del naufragio de la Ley Ómnibus el Presidente quiere ganar musculatura política pese al desdibujamiento amarillo.

En la Provincia de Córdoba las cosas no son muy distintas: El Gobernador Martín Llaryora cuenta en su staff de funcionarios con varios dirigentes del PRO ocupando cargos en el Gabinete y haciendo número oficialista en la Legislatura como es el caso de Karina Bruno, quien no duda en sumar a los 33 votos del Peronismo en la Unicameral. De los demás legisladores PRO, se sabe poco y nada de su hacer parlamentario gravemente opacado con el intento resurrectivo de un Juntos por el Cambio que no existe más en el resto del país.

«Algunos dirigentes están con Milei, otros con Llaryora y otros con Larreta y el Peronismo no K», es el mapa de un PRO cuyos militantes no se dejan de preguntar si habrá algún dirigente que en vez de mirar que pasa afuera se decide a jugar a fondo con su partido.

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