
Enrique Caliva tiene 35 años de edad, 4 hijos, su familia destruída y una lucha judicial que ya lleva 9 años debido a la muerte de su bebé por “Mala Praxis” en el Hospital local.
Después de tanto tiempo, lo que antes era una familia se convirtió e
n padres aislados y separados por el dolor, tratando de aceptar la muerte de un hijo injustamente, con niños al cuidado de la abuela y una situación de riesgo social de extrema carencia.
Así se inició todo
El 27 de mayo de 2003 nació Joaquín en el seno de una familia normal quien a los 15 días de haber nacido comenzó a manifestar problemas respiratorios.
Debido a esto sus padres iniciaron una peregrinación por los dispensarios locales sin resultado donde le decían que “padecía un resfrío”; el recorrido culminó en el Hospital Illia donde simplemente le manifestaron, según declaró Caliva: “Este chico tiene hambre, dale la teta mamá”.
«Diagnóstico este que no se habría amparado en ningún estudio pertinente, ni en la consulta con el pediatra de turno; sólo en la apreciación de los médicos de guardia que lo vieron en tres oportunidades»aseguró Roberto Cólica, abogado defensor de Caliva.
Desenlace anunciado
Debido a que no hubo una respuesta satisfactoria y el cuadro de la criatura empeoraba considerablemente, decidieron llevarlo a una de las clínicas de la ciudad donde el médico que los atendió decidió su traslado de manera urgente al Hospital de Niños.
Joaquín ingresó directamente a la terapia intensiva y allí permaneció hasta el 8 de julio que murió. “Todos no decían que no tenía nada hasta que llegó al Hospital y allá nos dijeron que tenía neumonía, por eso no aguantó más” manifestó Caliva.
Se inició la lucha
«El 3 de marzo de 2004 se dio inicio a la demanda, la cual quedó firme en octubre de este año, en ella nunca objetaron los fallos las partes acusadas» aclaró Cólica.
Luego de vivir un duelo doloroso y con una sensación de impotencia que aún persiste en los ojos de Caliva, comenzó una lucha judicial que lejos de dar algún tipo de resultado se enfrascó en argumentos y extorsiones sin ningún tipo de solución.
Regalo de Navidad
La demanda se inició tanto a la Municipalidad, debido a las atenciones que habría recibido el bebé por parte de los Dispensarios, como a la Provincia por el desempeño del Hospital Illia.
Ni una, ni la otra parte dieron solución al problema y sólo se limitaron a extender los plazos “un poco más”.
Actualmente la familia recibió una nota de parte del Departamento de Procuración que intima a abonar la deuda que mantiene Caliva con el Cementerio “Si hasta el 10 de diciembre no pagamos el lugar donde están los huesos de mi hijo lo tiran al osario común” manifestó entre lágrimas el padre, y agregó: “No solo que nadie se hizo cargo de la muerte, que estoy pasándola muy mal, no tengo para comer, sino que ahora me apuran para que pague, esto es un regalo de Navidad” concluyó.
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