Ayer se desarrolló en Alta Gracia, como en muchas otras ciudades de la provincia, la marcha de los médicos que surgió de la imputación de dos profesionales de la salud que contrajeron Coronavirus prestando sus servicios y contagiaron a ancianos de un geriátrico de Saldán.
Esa imputación dio origen a un reclamo que se hizo extensivo también a la exigencia de buenas condiciones de trabajo, insumos y protección para enfrentar no solo el Coronavirus sino la actividad laboral en general.
En diálogo con RESUMEN, el doctor Roberto Ares, médico cirujano (M.P. 34.097), comentó que el objetivo de la marcha era ser escuchados, pero cumpliendo con las normativas de sanidad vigentes en el contexto actual: «extremamos las medidas, incluso hasta respetamos los semáforos para no perjudicar a la gente que circulaba, nosotros no acostumbramos a este tipo de cosas».
A su vez, aseguró que es indignante que los culpen cuando «todos tenemos riesgos en el trabajo y nosotros elegimos esto, ser personal de salud, pero eso está muy lejos de querer propagar una enfermedad. Ninguno de nosotros busca contagiarse y poner en riesgo a otros».
En cuanto a la marcha, Ares la calificó como emocionante e histórico: «la gente salía de los balcones a aplaudirnos, había monjas que salían de los techos de los conventos, a todos se nos cayeron las lágrimas. La cantidad de personas que había era muchísima».
Por útlimo, Roberto agradeció, en nombre de todos, a la Policía que en todo momento estuvo acompañándolos y aconsejándolos con respecto a cómo debían circular y dónde estacionar. Además, manifestó que todos los médicos esperan «que la Justicia y los gobernantes nos den una respuesta. Lo que comenzó en Córdoba se va a replicar en todo el país y van a cambiar muchas cosas».
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