Es inminente el inicio del juicio que tiene a 18 personas de distintos puntos de la Provincia, detenidas y acusadas de integrar una banda dedicada al robo de vehículos de alta gama. Causa por la cual en septiembre de 2019 se realizaron 35 allanamientos en simultáneo, dos de ellos en el Departamento Santa María: uno en Anisacate y otro en Alta Gracia.
De ese gran «trabajo de efecto» como lo conocen en el ámbito de las Justicia, una mujer de Los Chañaritos y un vecino de calle Cruz Oviedo, Villa Oviedo fueron aprehendidos. Los operativos, simultáneos, a su vez tuvieron lugar en diferentes domicilios de la ciudad de Córdoba, en Cosquín y hasta en la cárcel de Bouwer, donde está alojado el que se presume que es uno de los cabecillas de la banda.
Lo que llamó la atención de los investigadores fue la técnica delictiva que empleaban los ladrones. Primero, uno se acercaba al vehículo “marcado” y le rompía un cristal lateral, para luego salir corriendo. En las inmediaciones, en otro auto estacionado, otra parte de la banda seguía todo con atención.
Si la alarma dejaba de sonar y el propietario no aparecía, entraban en acción. Con una caja electrónica especial, ingresaban en los rodados, desconectaban todo el tablero elecrónico y lo reconectaban a esta caja especial para luego arrancar. La descripción es gráfica: “Las camionetas ‘tosían’, pero arrancaban al final. No le daban mucha velocidad pero les alcanzaba para llegar al lugar donde las ‘enfriaban’”, contó un investigador.
Terrenos cedidos por otros cómplices o cocheras alquiladas por horas, por lo general. Allí aguardaban unas horas para cerciorarse de que los vehículos no tuvieran seguimiento satelital. Cuando evacuaban esta duda, los delincuentes continuaban con su hoja de ruta delictiva: reparaban el tablero electrónico y con “choferes” comenzaban a viajar hacia el norte.
El que se hizo ese 25 de septiembre fue un despliegue con pocos antecedentes en las investigaciones penales que se llevaban a cabo en Córdoba.
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