Crece cada vez más el malestar de proveedores y becas por la lentitud y los obstáculos que cada trámite atraviesa en el Tribunal de Cuentas ¿La razón?: dos de los tres integrantes, uno de la propia oposición a cargo, o no van o se presentan muy poco.
Es ya la muletilla diaria la respuesta que se brinda tanto a proveedores así como a colaboradores del municipio acerca de los pagos y el estado de los tramites. “están trabados en el Tribunal de Cuentas. Faltan dos firmas”.
A menudo es la propia Presidente del cuerpo que tiene que brindar esa escueta respuesta cuando las razones no están vinculadas a observaciones o críticas acerca de las presentaciones.
De hecho, Leticia Luppi no solo concurre a las oficinas con regularidad, sino que, sin despertar por supuesto demasiadas simpatías en el oficialismo, observa y controla detenidamente cada paso a seguir.
La Presidente se toma muy en serio el logro de las elecciones 2019 donde Alta Gracia Crece pudo conquistar ese órgano por el elevado corte de boletas y a partir de ahí lo convirtió en su bastión de fortaleza política y naturalmente no quiere que su funcionamiento sea causa de reproches y malhumor de parte no solo del Ejecutivo sino también de los mismos trabajadores y proveedores.
Leticia Luppi en efecto, a través de su trabajo constante y meticuloso se convirtió rápidamente en una posible candidata para el 2023 y una fuente de información y auditoria permanente para las estrategias del Bloque del Concejo Deliberante.
Su colega y radical Eduardo Molina, no parece sentir la misma presión y simplemente brilla por su ausencia, hecho que ha despertado polémicas en su propia coalición ya que si bien no está estipulada la dedicación exclusiva para ejercer el cargo, sería serio y responsable (y respetuoso hacia el pueblo) concurrir a diario o por lo menos con frecuencia y mostrar interés más allá de los oportunismos políticos de algunas obras.
Caso aparte, el oficialista Diego Barrientos, que no simula su distanciamiento de la gestión de Torres, manifestando su desacuerdo o malestar, atrasando su firma tanto que hasta un televisor para una escuela primaria o los pagos de las pasantías estudiantiles terminaron siendo una odisea administrativa y, por supuesto, injusta.
Recordamos que los Tribunos de Cuentas son cargos electivos y por lo tanto no son sujetos a “cortes de cabezas”. Parecería ser entonces que tanto Alta Gracia Crece así como hacemos por Córdoba, deberán lidiar con la poca voluntad y compromiso de dos ciudadanos elegidos por una tarea que se resisten a cumplir.
¿Podrá Alta Gracia Crece resolver la situación ya que por mayoría tiene la responsabilidad política del correcto y ágil funcionamiento?
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