Durante la mañana de hoy, un hecho previsto, aunque algo peculiar, se llevó a cabo en inmediaciones de la terminal de ómnibus. Se trata de la destrucción pública de más de 60 caños de escapes los cuales forman parte del decomiso perpetrado en diferentes controles vehiculares en la ciudad.
Al respecto, Roberto Urreta, Secretario General de Ambiente y Transporte Municipal, explicaba en diálogo con RESUMEN, el porqué de este procedimiento que sorprendió a muchos. «Cuando se elevó al Consejo esta ordenanza a pedido de muchos vecinos, fue muy criticada por las medidas, al hablarse de una multa alta y a su vez del secuestro del vehículo, tanto ciclomotor como automotor y del decomiso del caño del escape. Esta ordenanza nos autorizaba a destruirlos y bueno, mientras se hicieron los operativos se secuestraron los caños de escape y ahora hay que cumplir con la etapa de la destrucción«, expresaba Urreta a la vez que anticipó la idea de «intensificar los controles de tránsito especialmente por ruidos molestos«.
Lo que comprende la ordenanza
El paso uno es el control vehicular. Luego, con instrumental necesario se hace la medición de los decibeles y, si éstos superan los limites permitidos, el rodado es secuestrado. A la par, se decomisa el caño de escape.
A posterior, cuando el infractor va a retirar el vehículo, ya sea la motocicleta o el automóvil (previo a abonar la multa correspondiente la cual equivale a 500 unidades de falta), se le entrega el mismo sin el escape. El paso tres es el que se vio esta mañana, la destrucción.
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