Johanna es una de las vecinas de Arzobispo Castellanos y Tucumán que desde hace meses reclama por la falta de controles a un local comercial de la zona. El mismo, se ubica justo debajo de su departamento y se utiliza como el sitio de producción previo a reparto, de una pollería de la ciudad.
«Ya no sabemos ante quien reclamar. Somos cuatros familias las que venimos denunciando a este local cuyo dueño no conocemos sino solo a los empleados y que no tienen ningún tipo de control», inició la mujer en diálogo con RESUMEN.
«Esto empezó en enero del año pasado. Primero tiraban bolsas negras con restos de pollo en la vereda, después no tiraron más pero la suciedad que dejan es impresionante. Empiezan a trabajar a las 5 de la mañana, gritan, ponen música y no dejan dormir a nadie. Lo peor es la suciedad que hay, las moscas y el olor, todo eso se va para arriba y no hablar en el verano»
El lugar se ubica debajo de un complejo de departamentos. A pesar de las reiteradas denuncias ante la Municipalidad y bromatología para los controles pertinentes, la situación no cambia.
«Lo único que hicieron fue intimar por ruidos molestos pero nada más. Lo único que nos queda es denunciar a la Municipalidad por no atender nuestro reclamo. Así no se puede vivir», concluyeron.
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