Policiales

Golpean, balean y roban a un joyero

Uno de ellos presuntamente de sexo femenino.
Al toparse con los ladrones, Segado se trabó en lucha contra los cinco haciendo uso de sus conocimientos en artes marciales, por lo que para reducirlo debieron dispararle. La bala, que iba destinada a su cabeza, logró ser esquivada por el comerciante y culminó atravesando con orificio de entrada y salida por su hombro derecho.

“No, mi amor”
Ante el tiro fallido, los delincuentes estaban por realizar un segundo disparo, cuando una mujer que integraba la banda se interpuso entre uno de los delincuentes y Segado diciendo «no mi amor», evitando así que mataran al comerciante.
Herido como estaba fue esposado e ingresado a la vivienda, al tiempo que vecinos del barrio llamaron a la Policía al haber sentido la detonación del diparo.
Dentro del domicilio, Segado fue torturado con golpes de puño y patadas mientras se le exigía que dijera dónde estaba el dinero. Como resultado de la golpiza el joyero sufrió traumatismo de cráneo, rotura de costillas, lesiones en un brazo, y moretones en el rostro que incluyeron un ojo que deberá ser analizado para determinar si puede recuperarse del todo. La Policía al llegar al lugar debió romper una ventana para ingresar y socorrer al joyero, que fue trasladado a la Clínica Santa María en primera instancia y luego derivado a la Clínica Vélez Sárfield de Córdoba Capital.
Según relato de su madre, los delincuentes amenazaban a Segado con ir a buscarla a ella y a su esposa a la joyería.
De acuerdo a lo que pudo conocerse, los malvivientes se habrían llevado todo tipo de elementos de valor y una suma a precisar. Por dichos de sus familiares, se presupone que tenían inteligencia realizada sobre los movimientos diarios de Walter Segado.

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