El joven Nahuel Fernández se desenvuelve en su fábrica de sándwiches y junto a un socio llevan adelante su negocio de calle Avenida Libertador en tiempos de pandemia. El mismo posee una mirada distinta a la que acostumbran expresar los comerciantes en estos momentos, si bien el rubro gastronómico sintió las consecuencias económicas derivadas directamente de la la cuestión sanitaria, Fernández piensa de una forma positiva y mira el futuro inmediato con ciertas expectativas, “La gente no dejará de comer sándwiches jamás, es un hábito que prácticamente viene incorporado al ciudadano«, declaró el joven comerciante a Resumen.
La fábrica de sándwiches tuvo que cerrar prácticamente un mes al principio de la cuarentena, más que nada por el factor miedo,pero los dueños se vieron obligados a abrir sus puertas debido a que los gastos fijos seguían corriendo.
«Es la única fuente de ingresos en dos familias”, resaltó.
Si bien la realidad golpea la puerta del local, el comerciante destacó que lo que más le interesa es la satisfacción del cliente.
«Bajaron muchísimo las ventas, pero viéndole el aspecto positivo podemos decir que adquirimos nuevas modalidades de trabajo”, finalizó el comerciante.
El local debió ajustarse a las medidas de seguridad correspondiente expresadas por el COE y el Municipio.
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